SALUD

Nadal da la última hora del estado de salud de su mujer, Mery Perelló

El balear salió al paso de las informaciones que situaban a su mujer en una clínica de Mallorca, en la que estuvo ingresada, pero de la que ya salió.

Nueva York

“Como sabéis, a nivel personal estoy en una situación que es importante para mí. Y tengo que ir gestionando todo. Por mucho que salieran según que tipo de informaciones en la prensa acerca del estado de mi mujer, mi mujer está bien, ya lo dejo caer”, dijo Rafa Nadal en la rueda de prensa posterior a su victoria contra Fabio Fognini en la segunda ronda del US Open. El balear salió al paso de las informaciones que situaban todavía a su esposa, María Francisca Perelló (34 años), embarazada de seis meses, en una clínica privada de Mallorca, en la que estuvo ingresada para someterse a una pequeña intervención quirúrgica, según el Diario de Mallorca, y de la que ya salió, como ha podido saber AS por fuentes próximas al entorno del tenista español, que ya se encontraba en Nueva York cuando se produjo ese contratiempo.

“Son situaciones que son a veces más difíciles de gestionar cuando uno está lejos de casa. Uno tiene que ir paso a paso, día a día, y como siempre, desde la tranquilidad y la calma, ir construyendo las cosas que le puedan funcionar. Y eso es lo que estoy intentando hacer yo, estar con calma, con la máxima ilusión posible e intentar estar centrado en lo que tengo que estar, pero a veces tampoco las cosas son tan fáciles”, añadió Nadal.

“Uno lo tiene que aceptar y lo asumo sin ningún tipo de problema. Para mí es un reto y lo asumo. Espero estar listo dentro de dos días y jugar mucho mejor de lo que lo he hecho hoy. Y soy una persona positiva. Las cosas salen a veces y a veces no, pero la confianza o mejor dicho la esperanza, no la pierdo hasta que estemos fuera”, expresó.

Ansiedad

El caso es que durante el encuentro del jueves en Nueva York, Nadal le dijo a su equipo que estaba “con mucha ansiedad”. Antes de hablar abiertamente de su mujer, ya había deslizado que estos últimos tiempos están siendo complicados para él: “El ritmo cardíaco era mucho más elevado de lo que es habitualmente sin hacer puntos largos. Es decir, estando en pausa me notaba muy acelerado y eso no me permitía ni pensar con claridad ni actuar de una forma lógica en lo que son mis estándares de juego. Es una consecuencia de hacer las cosas demasiado mal durante un buen rato del partido. También son muchas cosas, llevamos unos meses difíciles en muchas cosas que hemos tenido que ir manejando de la manera que se ha podido”.

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