Niños Mutantes: “La frase que más nos dicen es ‘habéis sido la banda sonora de mi vida”

“Hemos sido la banda sonora de la vida de mucha gente y eso nos enorgullece”, coinciden Juan Alberto (voz), Nani (batería), Miguel (bajo) y Andrés (Guitarra). Son los Niños Mutantes, el grupo de Granada que se despide este sábado en La Riviera, con el cartel de sold out para su último concierto en Madrid. Han pasado 30 años desde su fundación, en 1994, y fueron “un elemento de enlace” de la ciudad andaluza, que tuvo su germen en 091 y Lagartija Nick y después pasó al pop psicodélico de Los Planetas. “Nosotros somos como ese nexo de unión entre esas bandas”, explica Juan Alberto, orgulloso del indie y del Granada Sound, para AS en la Taberna del Gato, en el corazón de Malasaña (Madrid).

¿Y por qué lo dejan? “Volver a enfrentarnos a ese proceso de grabar otro disco, hacer otra gira. Era la primera vez que a todos nos pillaba un poco a contrapié. Entonces Nani puso sobre la mesa que quizás sería un momento bueno, coincidiendo con que además eran los 30 años de nuestra existencia, para parar y poner fin a este proyecto, que ha sido muy guay, pero era mejor irse por la puerta grande”, reflexiona Miguel. “Lo ha explicado de maravilla”, ratifica Juan Alberto. “Viendo el cariño que nos muestra la gente en los últimos conciertos, pues no es tan fácil”, cuenta Nani. “Se ve que a la gente le gustan los funerales”, bromea Andrés.

Explica Juan Alberto el “gran éxito” de la banda granadina: “Sin duda es habernos metido en la vida de gente que ha ido haciendo el camino con nosotros. Es seguir con aquellos que se identificaron con Niños Mutantes con veintipocos años, siempre hemos hablado de gente normal a gente normal. Y quizás podían verse identificados con las vivencias, porque estábamos contando eran las mismas que tenían ellos y hemos ido haciendo el camino de la mano. Una frase que se repite un montón es: ‘Habéis sido la banda sonora de mi vida”.

Niños Mutantes siempre ha sido un grupo con un hueco respetado en el indie, con temas como ‘No Continuar’, ‘Todo va a cambiar’, ‘Glaciares y Volcanes’ o ‘Errante’. “Errante fue la canción que lo cambió todo”, revela Juan Alberto: “Si en 2010 no hubiera salido Errante, quizás el grupo hubiera acabado mucho antes y yo tengo una sensación de gratitud hacia esa canción, porque es que ya es algo que está fuera de nosotros. Parece un tópico, pero es que es verdad que es de la gente y los que la escuchan acaban apropiándose de la canción para ellos. Es algo súpermágico. Fue un milagrico, porque tardó mucho en terminar de fraguarse. Primero había un escribillo, pero no había estrofa, y luego salió”.

Un ejercicio de “honestidad” y la dureza de la música

Se enorgullecen los Mutantes de la “honestidad” de su música, algo que siempre ha sido más fácil porque todos han ejercido trabajos más allá de la banda. Nani hace una pequeña autocrítica: “Quizás no hemos sabido conectar con otras generaciones más jóvenes”. Y Juan Alberto responde como un resorte: “Forzar la máquina para enganchar a gente de 17 años me habría parecido un ejercicio de impostura. Cuando lo veo en otros grupos me parece ridículo. Llegar a la gente que escucha urban o reggaeton no me interesa”.

“Creo que hemos tenido la suerte de ser bastante libres porque nuestros recibos no se pagaban exclusivamente de la música, eso nos ha permitido ser bastante independientes, pero de verdad”, reflexiona Miguel, poniendo el punto intermedio, aunque dice que todos han priorizado siempre los trabajos para estar a tope con la música. Y sale a la luz la reflexión sobre la ‘clase media’ de la música española. “Casi nadie se atreve a decirlo porque no queda bien. Pero la realidad es que es muy difícil. Aparte del riesgo que lleva vivir de algo tan inestable, hay una falta de reconocimiento, de derechos e incluso respeto por parte de la sociedad”, señala Juan Alberto, abogado de profesión: “Y eso que somos privilegiados, unos entre un millón”.

La importancia de las salas y un lleno en La Riviera

“El problema más grande es cómo están quedando las salas de conciertos. La gente tiene un dinero, lo que dedica a música es, y si va a un festival y por 30 euros ve a 15 grupos y ve a su grupo en una sala, son 20 euros. La gente va haciendo sus cuentas”, analiza Miguel, y Juan Alberto apoya: “Al final, donde más se disfruta de la experiencia musical, donde todas las bandas pueden tocar sin depender del criterio más o menos mercantil de los programadores de festivales, es en las salas”.

En esas salas comenzaron con el movimiento indie, que se expandió por España a finales de los 90. “Éramos como una secta, estábamos la misma gente en los mismos sitios, viendo a los mismos grupos”, dice Juan Alberto, y va Miguel: “Pero no creo que indie sea una forma de tocar la guitarra, de tocar la batería, una forma de hacer melodía, una forma... Para mí no lo es”. Niños Mutantes es cierto que tiene un sello musical propio, con bases en Sonic Youth, Lagartija Nick...

Y este sábado en La Riviera lo sacarán. ¿Qué esperan del concierto de despedida en Madrid? “Es una sala de esas maravillosas, que suena genial, y hemos pasado noches espectaculares. Así que va a ser un fiestón”, dice Andrés. Y Juan Alberto cierra: “Y te voy a decir una cosa, es que estamos tocando muy bien, de maravilla”.

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