Música

Georgia gana Eurovisión Junior en el regreso de España a escena: Chloe DelaRosa, sexta

La ‘cantista’ clavó su actuación, pero no consiguió convencer al jurado y el televoto tampoco ayudó. Andria Putkaradze, que ya ‘ganó’ en el ensayo, campeón.

Cuando Manolo Santana ganó Wimbledon en 1966, la relación de España con el Festival de Eurovisión era prácticamente inexistente. Tuvieron que pasar todavía dos años más para que Massiel enseñase al mundo el ‘La, La, La’ con el que el país fue campeón del certamen por primera vez. Un año más tarde, cuando el hombre todavía no había llegado a la luna, el Teatro Real de Madrid acogió la primera y única edición del concurso en España hasta la fecha.

Cincuenta y cinco años más tarde, la fiesta de la música europea volvía a territorio nacional. La pista central de la Caja Mágica, el estadio al que da nombre el malogrado tenista madrileño, acogía un evento para el que Televisión Española se ha volcado durante los últimos meses. El resultado, a la vista de lo acontecido en la tarde de este sábado, ha sido más que satisfactorio.

En nada influye que Chloe DelaRosa no haya podido meterse entre las cinco primeras candidaturas y haya quedado sexta clasificada. La propuesta española era fresca, moderna y la ‘cantista’ coqueteó con el perseguido triunfo que España no consigue desde 2004. Sin embargo, el jurado no premió lo suficiente su ‘Como la Lola’, en parte por el tremendo éxito de Andria Putkaradze, el candidato georgiano, que convenció a 13 de los 17 jurados profesionales y ya ‘ganó' en un ensayo que nadie dio por verdadero.

Con ‘To My Mom’, Georgia ha ganado su cuarto festival de Eurovisión Junior con 249 puntos y se convierte en el país más laureado de la historia del concurso. “Estoy muy feliz. He cumplido mi sueño”, acertaba a responder Putkaradze sobre el escenario. “No pensaba que fuera a ganar. Mi canción es sorbe todas las madres. Mamá, te quiero mucho”, ha agregado. El podio lo han completado Portugal, con 213 puntos; y Ucrania, con 203.

Termina así una edición que ha sacado lo mejor de RTVE, que ha demostrado que España sería perfectamente capaz de organizar un festival en su entrega de adultos. A pesar de las críticas que han circulado en los últimos días con respecto a la elaboración de imágenes decorativas con Inteligencia Artificial, las instalaciones han sido difícilmente mejorables y la aceptación del espectáculo por parte del público ha estado a la altura. Más de 7.000 personas, volcadas desde el principio hasta el final, han acudido a la Caja Mágica este sábado para apoyar a los 17 países participantes. Como anécdota, el supervisor ejecutivo de la EBU, Martin Österdahl, no apareció en ningún momento de la gala.

Las esperanzas de los eurofans españoles abandonan ahora Madrid y ponen sus miras en el Benidorm Fest, donde en poco más de dos meses se dirimirá quién es el representante del país en el Festival de Eurovisión 2025 que se celebrará en Basilea. Será entonces, cuando las tertulias de opinión valoren sin llegar a acuerdos la idoneidad del candidato, el momento de soñar de nuevo con volver a tener Eurovisión en España en 2026.

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