El Coleta: “Mi disco ‘Chunda Rumba’ se lo regalaría a Guti y a Arda Güler, aunque igual se queda loco...”

De Moratalaz hasta el Diario AS en un BMW clásico que cambiará no con cierta resignación. El tiempo pasa para todos y aunque él aún conduzca este coche alemán, en su música vuelve a ser el chófer de un Delorean que viaja al pasado. De finales de los 90 a principios de los 2000. Las muelles, las cantaditas, los plumas, las discotecas, los abanicos de colores, la electrónica “cuchillera” y las noches que no acaban. También la camisa abierta, la guitarra y la rumba. Todo, junto. Mezclado en un rap de barrio que no pierde esencia ni crítica social. Muy resumidamente, todo esto es ‘Chunda Rumba’. El madrileño nos habla sobre su nuevo trabajo en AS.

¿Está contento con el disco?

- Sí, he acabado contento. Estoy penando con el vinilo porque el máster de este es distinto y estoy penando con eso. Estoy teniendo algún problemilla (risas).

¿Nos puede explicar el concepto ‘Chunda Rumba’?

- Intenté mezclar rumba con electrónica dura de todo tipo. Hay muchos estilos en el disco. No soy experto, pero hay hardstyle, break beat. Le intentamos meter elementos de la rumba. Pensando el nombre, en vez de chunda-chunda, pues ‘Chunda Rumba’.

Aunque son dos estilos de música asociados a la fiesta, su disco tiene mucho mensaje también, mucha crítica…

- Hay varios temas que tienen algo más de crítica, sí. El disco se basa en el sonido más que en otra cosa. Hay canciones con más temas sociales y políticos y otros donde he ido a ese concepto de mezclar en las propias letras el bakalao y la rumba. En diferencia a otros trabajos míos, las letras tienen menos referencias. Siempre meto referencias a películas, canciones, marcas… En este disco hay temas más poéticos. No tienen tanta referencia. Hay temas que hasta hablan de amor. Es un tema que apenas he tocado en mis canciones, pero me han salido así. Me ha gustado escribir así también.

Como el ‘Le gustan las cantaditas’, una historia de amor en el Radikal

- Es un ‘storytelling’ con un punto gracioso. No es muy profundo el rollo del amor. Pero tiene ese toque amor con una chica. Luego también está Escombros que es más de amor influenciado por Extremoduro. Aunque no se note. Esas letras que hace Robe de amor sucio. Siempre me han gustado esas letras de Extremoduro donde está diciendo cosas muy bonitas, pero con palabras fuertes. O feas. Hay un montón que podrían servir. De esas que dicen ‘te quiero follar’ pero quiere decir ‘te quiero’.

Ha sido difícil subirse en una base de electrónica?

- No, ya había rapeado en otros temas así en ‘La Ruta de los Chés’. Si rapeas algo a 160 bpm no lo haces a esa velocidad, lo subdivides a 80. No ha sido incómodo.

Después de ‘samplear’ a Las Grecas, la Movida Madrileña… ¿Qué le lleva al bakalao?

- Es la época que me toca cronológicamente por el proyecto musical que voy haciendo. Al principio era improvisado, pero luego empezó a planificarse. Hablé de los 70, los 80 y los 90 en ‘La Ruta de los Chés’. Ya llegué a los 2000 y en los 2000 la cosa característica es esta electrónica más rápida de finales de los 90 hasta más o menos el 2003. Me tocaba meterme ahí. Cuando hablé de los 70 yo ahí no existía, cuando hablé de los 80 tenía una perspectiva de niño aunque lo analicé luego como adulto. Los 90 los viví como adolescente y esta época, es mi época. Lo he vivido. Tengo fotos y ropa de la época. Cuando hablo del Radikal, es que yo iba al Radikal. No me lo han contado, claro.

¿Crees que en la Ruta del Bakalao o en ese movimiento asociado a esa música había más ‘cultura’ para tomar en serio?

- Bueno, la Ruta del Bakalao es anterior. Es cuando se diluye la Movida, la Ruta del Bakalao puede que se estire pero acaba en los 90 y tantos. Es algo que traté más en ‘La Ruta de los Chés’. Se ha tratado algo peor, cuando fue muy guay. Lo que se hacía en esas discotecas de Valencia… Traían grupos ingleses, un movimiento musical muy ‘underground’. Decían que Almodóvar y esta peña se iban a Valencia cuando se moría la Movida porque es donde encontraban lo que había en los inicios aquí en Madrid.

Este tipo de electrónica es una música popular y le pasa a la rumba y al flamenco también. ¿Cree que se desprecia también por ser algo asociado a la gente de ‘clase baja’? Le pasa al rap también. Que siempre se relaciona con las drogas, con algo que no tiene mucho valor artístico…

- En ‘Neokinki’ hay un texto en el que trato esto. Se componía de tres EP que era ‘Rumba Pop’, ‘la Ruta de los Chés’, con la electrónica y ‘Flamenco and Night Fight’, que era flamenco y punk. Hablaba de eso justo, que hay músicas populares como son la rumba, que dentro del flamenco decían que era lo más bajito, lo más denostado. Contaban en una charla que estuve que hablaba Manuel Malou, un rumbero punk, un músico que te cagas. Es muy conocido porque fue un niño estrella con ‘¿Qué pasa contigo, tío?’, pero ha tenido luego una carrera como productor de la hostia. Bueno, él decía que la rumba era la puta del flamenco. Que todos decían despreciarla, pero todos pasaban por ahí. Hasta Camarón ha hecho rumba.

Luego, el bakalao también está igual considerado dentro de la electrónica. Piensas en Vangelis y te dicen que es un genio. Pero a la música electrónica más cuchillera… Luego, en el rock n’ roll es igual. Lo que es la mierda, es el punk. Además, dentro de la música negra, luego lo ‘peor’ es el rap. Son esos cuatro estilos que están mal considerados. Que son música soez, vulgar… pero encuentro en Los Chichos o en Las Grecas una calidad musical que no veo en otros sitios. Yo intentaba reivindicar esa música denostada por la gente esnob o por lo que sea. En este disco hay más mezcla, que reclamación.

¿Cómo fue ese proceso de mezcla?

- Intentamos mezclar los dos géneros dentro de nuestras limitaciones como músicos. Para que digas ‘hostia, esto es una rumba, pero es música electrónica dura’.

Además, es muy bailable. Si te sales de la noche más mainstream, te pueden pinchar un tema de este disco…

- Es para que la gente lo ponga en el parking y de mañaneo. Tiene un componente diferenciador pero porque yo soy especialito. No quería hacer solo electrónica, quería meter un componente distinto. A ver, que no he inventado nada. Lo ha hecho Camela, aunque lo mío no es ‘cameloso’. También Tijeritas. O Ladilla Rusa, que aparecen en el disco. No he inventado nada, pero es algo más minoritario. Bueno está Parkineos, que también aparece en el disco, The Whistlers también cantan y le meten un rollo flamenco. A nivel musical hemos intentado hacer estructuras y componentes musicales, más allá que del que cante flamenco, que suenen a rumba. Caídas, toques… Que un rumbero escuche esto y piense que los cabrones le han metido estructura rumbera (risas)...

A nivel estético también está super cuidado en los vídeos…

- Las ideas de los videoclips son mías. Luego hablo con gente que me ayuda como Selector Marx, que me hace siempre la fotografía, Alberto Caníbal… Me han dado ideas, pero básicamente son mías. La ejecución luego como hemos podido. La de ‘Fraülein’, bueno..

Fräulein es mujer en alemán, ¿no?

- Sonoramente suena como Froilán. ‘Fräulein’, Froilán… (risas). Es una coincidencia. Gracias a Bárbara, a la que conocí gracias a Selector Marx, pues hizo las máscaras. Es una crack de la caracterización. Me dio el punto de hacer un guiño a Muchachada Nui y sus celebrities. Buscamos la localización, que me la consiguió Caños, que está haciendo una música que mezcla flamenco con electrónica dura que está super guapa. Él nos facilitó el lugar y ahí metimos al tío con la máscara.

Y en Cantaditas ‘sacaste un videojuego’…

- Sí, hicimos el ‘Need For Speed’. Parece sencillo pero hicimos un mod y es dificilísimo. Metimos las pegatinas mías, de Jarfaiter, un BMW M3, un León FR… También hicimos ‘Robar’ denunciando que la comida está inaccesible. Yo, que voy a comprar para mi casa, me gasto 20-30 euros en nada. La carne está prohibitiva, también el pescado o las verduras. Te empujan a que comas mierda porque te sale más barato. Para este tema hicimos un vídeo muy casero. Para el de Coupé conseguimos el Hyundai y también pudimos hacer el vídeo.

La portada ya es la cumbre del ‘tunning’ en el disco.

- Bueno, la portada es otro tema. En realidad es un eco de la del primer disco que saqué en 2009. Pasamos de ese coche a un Hyundai Coupé rojo. Luego, estéticamente quería mezclar la rumba y el bakalao y está conseguidísimo. Es super artístico. Algunas cosas las diseñé yo y otras con más gente. El plumas es de Pedro Gómez. Han resucitado la marca hace cuatro años, pero es una marca de esquí mítica que usaban los pijos en los 90. Porque normalmente la gente que esquía suele tener pasta. Ahora es algo más accesible.

Era una pieza cotizada…

- Sí. Ahora la gente pija quiere ir de barrio, pero antes la gente de barrio quería vestir como pijo.

Querían la ropa, pero igual no el estilo.

- El estilo luego era el que era, pero la gente quería su Lacoste, Levi’s, Ralph Lauren… Venía del franquismo. Como para ocultar el ser pobre. Había un aspiracionismo en vestir como los pijos. La gente de los barrios lo cogieron, que valían un pastón, y lo hicieron un símbolo de los 90 y los 2000. Eran muy caros. Es más, la gente hasta iba a buscarlos para robarlos. Hablamos con Pedro Gómez e hicimos un plumas de lunares para hacerlo rumbero. El polo me lo ha hecho Reina Canalla. Es un polo de Ralph Lauren negro con el caballo rojo. Un clásico de esa escena al que le metemos volantes y lunares también. El pantalón es de Adidas, muy 2000, negro con rayas rojas que lo estrechan y lo acampanamos y le metemos también lunares. Las botas son unas botas de tacón cubano para bailar flamenco. Le quitamos el tacón y le pusimos unos muelles de unas Nike Shox. El resultado y la idea de la estética es genial. Está fatal que lo diga yo (risas). A mí me parece la hostia. Yo me quedo muy tranquilo con el resultado.

¿Por qué crees que la nostalgia funciona tan bien? ¿Nos sirve para explicar el ahora?

- Claro, para saber donde estás tienes que saber de dónde vienes. Ya te digo que a mí me gusta ser especialito. De lo que está al día habla todo el mundo. Prefiero hablar de una cosa con más perspectiva y son las cosas que a mí me gustan. A ver, también el tiempo pasa. Llegará un momento en el que se agoten los referentes o yo me aburra de hacer lo mismo. Dentro de 10 o 12 hablaré de la escena trap del 2010 (risas). Si el trap fue 2011-2013 y ya se empezó a pudrir. En el 2032 haré un disco de eso. En ocho años…

Eso en nuestra unidad de medida son dos Mundiales, que es nada…

- Es nada. Ya llegará esa época. Luego en 40 años hablaré de cuando vine al AS con vosotros (risas). De cuando no le habían dado el Balón de Oro a Vinicius. Aunque para entonces tendrá tres…

Aprovechando que sale el fútbol, ¿qué supone el fútbol para usted?

- Siempre me ha gustado. Siempre he sido muy madridista. Yo jugar he jugado a nivel pachangoso. Ahora mis hijos juegan al futbol. Mi hijo y mi hija. A mí, y soy súper madridista, pasa lo del otro día y mete 4-0 el Barça al Madrid y ya está… Bueno, si es en la final de la Champions…

Igual ahí pica un poco más

- Igual, sí (risas). Que tampoco me vuelvo loco. Bueno, en este Clásico en la primera parte el Madrid pudo marcar. Si Mbappé no se mete tanto en fuera de juego…

¿Le faltó calle?

- El Madrid juega muy mal. Bueno, hasta que no le den a Güler el mando… Es Carletto el que lo tiene que hacer. Yo a veces le llamo Carletto del Bosco, es muy como Del Bosque. Trata muy bien a los veteranos. No me tiene que hacer caso a mí, tiene que hacer caso a Davide que está ahí comiéndole la oreja todo el rato. Él es muy de rangos. Vuelve Brahim y tiene que salir Brahim pero vuelve de lesión… No, tío, pon a Arda Güler.

¿Es lo que le dirías?

- Sí… (mira a cámara). Carletto, pon a Güler de 10 del Madrid. O de medio, que sea el jefe que mueva el equipo. Ahí empezaremos a jugar y a ganar.

Pero, ¿a quién quitas?

- Bueno, a Tchouameni. Le pones de central, porque de centrocampista no me convence. En el medio tiene que estar Güler, Valverde, Camavinga y Bellingham. Y arriba… Bueno, es que no tenía que haber venido Mbappé.

¿Cómo?

- Lo siento, pero es que nos negó tres veces como San Pedro a Jesucristo. Que se hubiese quedado en el PSG. Es muy bueno, pero no es lo que necesitaba el Madrid. Ya tenía a Vinicius y a Rodrygo. Igual Rodrygo está un escalón por debajo, pero también es muy bueno. Creo que no tenía que haber venido. Pero ya que le tienes, pues Mbappé y Vinicius arriba. Me da igual, yo quiero Güler, Vini y 10 más.

En el otro lado de El Clásico, ¿puede ser Lamine Yamal el jugador más de barrio de ahora?

- Lamine es de barrio, pero al final lleva desde alevín en el Barcelona. El más canchero para mí es Brahim. A veces se pasa de chupón, pero hace más cosas que te haría uno jugando una pachanga en el barrio. Lamine Yamal es muy bueno, el cabrón. Tiene más juego Barça aunque es más regateador que el extremo típico del Barça. Yo pensé que le tenían que fichar cuando era juvenil y podían. Yo prefería a Lamine para el Madrid que a Mbappé. Más que nada porque juega en el otro costado que Vinicius. El Madrid tenía a la némesis de Lamine que era Paulo Iago. Lo he visto muchas veces y me parecía espectacular, pero está en el Sporting.

Esa referencia, ¿ve muchos partidos de la cantera del Madrid?

- Sí. Mi abuelo llevaba mucho a mi padre a la Ciudad Deportiva del Madrid y a él le gusta mucho el fútbol base. A veces me chiva alguno o vemos juntos algún partido y me dice “mira a este chaval”. Ahora hay un David Jiménez, el más pequeño, que le vimos en un partido de benjamines y nos pareció espectacular. Me gusta ver la cantera y a los chavales.

Pero está bastante al día…

- Sí, sí… Bueno, y Jesé… Jesé era nuestra gran esperanza. Tuvo la lama suerte que le reventaron. Le vi en un Europeo sub-16 con Deulofeu, que me gustaba mucho también. Ahí ya se veía que Deulofeu era menos futbolista moderno. Regateaba y regateaba. A mí Jesé me encantaba y le vendía a todo el mundo que era buenísimo.

No se equivocó, pero hubo una lesión bastante grave

- Claro. Llegó a romper la puerta. Pero esa lesión… Luego tampoco sé qué le ha pasado. Se ha quedado a años luz de su mejor nivel. Que metió 20 y pico goles en Segunda como Butragueño. Ahora no le quieren. Es una pena. Yañez también me gusta mucho. Ahora es juvenil. A ver si sube al Castilla ya… Raúl todo lo bueno que era de jugador no me convence de entrenador. Pero mira Zidane y ganó la Champions. A mí no me gustaba en el Castilla y… (risas).

Hablando de ‘robar’, como en su disco... ¿Qué pasó con el Balón de Oro en su opinión?

- Es un premio que está sobrevalorado. La culpa puede ser de ese decir que el Madrid solo fichaba balones de oro. Lo que importa es quien gana la Champions y quién mete más goles. Está guay ganarlo, pero no va más allá. Hace 30 años igual no se le daba tanta importancia. Creo que se lo merecía más Vini que Rodrigo. No vi a Rodrigo este año para que le den el Balón de Oro. Hay algo de política en eso. Alguno de Messi es de broma. En el caso de Messi se lo daban al jugador no a su actuación ese año. Se vota y cada uno vota lo que quiere.

Para acabar y volver a la música, ¿a qué futbolista le regalaría una copia de ‘Chunda Rumba’?

- Ahora se la regalaría a Güler (risas). Aunque no sé la música que escucha, igual se iba a quedar un poco loco… Mira, se lo regalaría a Álvaro Benito y a Guti, que usaban los plumas Pedro Gómez. A Guti además le pilló esta época. Además para mí Guti es de esos jugadores especiales, que me gustan. Me gusta Güler porque es el heredero de Özil que es el heredero de Guti. Se lo daría a él y a Álvaro Benito. Creo que era Álvaro el que llevaba el Pedro Gómez. De ahora… Pf, ahora escuchan reggaeton.

Los de ahora son poco ‘Chunda rumba’

- Sí, son poco ‘Chunda rumba’. Aunque bueno, está volviendo. Lamine escucha a Ben Yart, Morad, Beny Jr… Igual los siguientes vuelven a esto. A David Jiménez a lo mejor… (risas). Igual dentro de cuatro o cinco años le mola esa música.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.