Barry B salda cuentas consigo mismo

Gabriel Barriuso (Barry B) lleva haciendo música unos 15 años, pero sus padres nunca le habían visto en directo. Había hecho mil salas, las más pequeñas de España. Había tocado en casa, en Aranda del Duero, donde nació y creció. Le dio tiempo a dejar la música, y años después, volver a ella, pero sus padres jamás lo vieron. El temor a defraudarles, un profundo miedo de la infancia, lo pospuso hasta el Sonorama de este verano, donde por primera vez Barry era cabeza de cartel. “Les dije, ‘si toco en el escenario principal tenéis que venir. Aunque tenga mucha presión. Si no, no me lo perdonaré nunca’. Vinieron y los metí en la mesa de sonido”.

Barry B ha publicado un EP este mes y ha desafiado a su pasado en los últimos diez. Ha mirado hacia atrás, se ha plantado en seco y ha decidido enfrentar cosas con las que peleamos toda la vida. “Todos, cuando somos pequeños, pasamos cosas que nos minitrauman. La niñez es un arma que te va a acompañar toda la vida y a veces está mal calibrada. Es como un francotirador, si la mirilla está desviada, si has tenido algún problema de pequeño, luego te va a costar más encauzar el tiro”, indica Barry a Diario AS.

De esa idea nace su EP, ‘Infancia mal calibrada’, que más allá de la música ha sido “un poco de terapia y de enfrentamiento a cosas que no había cerrado en el pasado”. Este año, por primera vez, se ha permitido afrontarlo, “a no huir, porque siempre he tendido a hacerlo, y ahora he decidido cerrar heridas y vivir con ellas”, explica el artista.

En su última entrevista con AS, hace justo un año, Barry profetizó cómo serían sus próximos doce meses. Prometió que la música iba a ser su trabajo, y en febrero dejó su curro como ingeniero: este ha sido su primer verano como artista a tiempo completo, “un pedazo de beca de verano que hay que aprovechar”. Ha dejado de comer pan. Se ha mudado. En sus palabras, ha descubierto este año “facetas de redención”, que no había visto en ‘Chato’, su primer álbum.

“Pues miedo solucionado”

“Mis padres nunca habían venido a verme. Ni con ‘The Girondines’ (su grupo anterior) ni con nada. Nunca. Nunca. Esta era la primera vez, encima en Aranda, en el escenario principal del Sonorama. Siempre he tenido algo ahí con defraudar a mis padres. Yo creo que muchos chicos lo tenemos, pensamos ‘a ver qué dirá mi viejo’. Lo tenemos inconscientemente, aunque luego te la pele. Ese era un miedo de la infancia. Pues miedo solucionado”. La redención de Barry comenzó en casa, en el Sonorama.

Hace un año, y siguiendo con la profecía barryana, el artista dijo sentirse muy cómodo “en segundo plano, yendo a rebufo, como Benzema”. Se refería a cómo el futbolista francés a veces estaba eclipsado por el protagonismo de sus otros compañeros del Real Madrid, mientras Benzema cumplía su papel de héroe silencioso. Pero este 2025 de “redención”, como en la famosa escena de ‘Psicosis’, Barry ha destrozado la puerta y ya ha asomado la cabeza. “Ahora vamos con todo. De ingeniero a esto… Esto es el paraíso, es la vida que quiero vivir”. Ha publicado un álbum, varios singles, una canción en japonés, ha colaborado con Aitana, y ahora saca un EP que suena muy bien. Le preguntamos por la posibilidad de hacer un Tiny Desk (conciertos en vivo y acústicos organizados por NPR Music), a lo que responde con una sonrisa: “Bueno, saldrá”. Barry sabe que está creciendo.

Pregunta: ¿Qué pasaría si dices ‘venga, en siete meses, ocho meses, no saco nada’?

Respuesta: “Yo en este momento estoy justo estoy aquí (señala una cuesta hacia arriba, como si estuviera subiendo una rampa). Estoy con una bici en medio de un puerto de montaña, y si dejo de pedalear, me caigo para atrás. Cuando quizás esté en lo más alto de ese puerto, ahí ya te puedes permitir el lujo de tomarte un descanso, que seguramente me lo tome, pero ahora no puedo. La gente está expectante y lo está recibiendo todo muy guay. Tengo que seguir ahí, pusheando un pelín más”.

“Siempre he tenido algo ahí con defraudar a mis padres. Yo creo que muchos chicos lo tenemos, pensamos ‘a ver qué dirá mi viejo’”

Barry B

Barry ya es parte de la escena musical emergente de España. En septiembre ganó el premio ‘Best Next Gen Music Creator’ de Forbes por su capacidad para fusionar géneros “como trap, rock y hip hop”. En este escenario, Barry destaca la vuelta de las bandas a la música y el abandono, quizás solo un poco, del individualismo: “Mira Carolina Durante. Alcalá Norte también la está reventando. La gente quiere ver una movida consolidada en directo, salir de fiesta y evadirse del curro… Para eso está la música”.

P: ¿Te atreves a vaticinar qué sonidos dominarán la música en cinco años?

R: “Creo que va a volver la estética dosmilera, el rollo Snow Patrol, R&B quizás. Dicen que iba a haber una vertiente hacia el rock japonés, algo más alocado, pero nunca se sabe”.

P: ¿Lo que se pega siempre es arbitrario?

R: “Totalmente. No hay reglas en la música. Cualquiera se puede pegar”.

¿Y a dónde va este nuevo Barry, después de una época de “redención”? Pues escucha “otro tipo de canciones”, especialmente, las “más sencillas”. Se fija en cómo un artista puede hacer “algo bonito de algo simple” y se nutre de “muchísimas referencias” con un solo objetivo: “Mi siguiente disco. Vamos con todo”.

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