Barry B, el cantante de Aranda que se inspira en Benzema: “La música va a acabar siendo mi trabajo”

La historia de Gabriel Barriuso (Barry B) es la historia de la humanidad, el deseo común y extraordinario de expresar lo que uno lleva en las entrañas. Diez horas después de esta entrevista, Barry presentaría su primer álbum, ‘Chato’, donde exteriorizará “durante una temporada” lo que lleva tiempo fraguando en la cabeza. Natural de Aranda de Duero (Burgos), comenzó a hacer música en la adolescencia y la compaginó con la carrera de Ingeniería y Organización Industrial. Abandonó temporalmente las melodías, terminó el grado, y a través de los insondables criterios del destino, volvió a componer, producir y cantar, a ser Barry B. Tras colaborar con artistas como Ralphie Choo, Rusowsky o Carolina Durante, sigue trabajando, instalando casas inteligentes y arreglándolas desde el móvil, pero su objetivo es la música: “Va a acabar siendo mi trabajo”.

Barry se maneja bien en varios ámbitos. Aunque asegura sentirse muy cómodo “en segundo plano, yendo a rebufo, como Benzema”, también tiene una facilidad natural para ser el centro de atención. “Siempre he sido un notas, nunca me ha costado hablar en público. Cuando subo al escenario digo ‘uff, por fin’”. En su carisma hay prudencia: le gusta que los integrantes de Daft Punk, a pesar de su fama, no mostrasen nunca el rostro. Pero si en la piscina en la que suele nadar, ve a alguien que va más rápido, se calienta: “Me gusta ganar. Fíjate si soy competitivo que, como haya alguien que nade bien, estoy ahí compitiendo. Ya tengo a alguno fichado (ríe)”.

Pregunta: ¿Qué esperas de tu primer álbum?

Respuesta: Nada. En todo caso, que le guste a la gente tanto como me gusta a mí. Pero a mí ya me mola, con eso me vale.

P: ¿Has tenido que sacrificar algo para hacer música?

R: Muchas horas. Cuando sales del trabajo solo te apetece dormir, ver una peli o jugar a la Switch. Pues yo terminaba y me iba a casa a producir y componer, me quedaba a las tantas. A lo mejor me acostaba a las 4 y a las 9 ya estaba trabajando de nuevo. Pero hay una parte positiva: si no hubiera trabajado, quizás no hubiera pillado la música con tantas ganas. Es un hobby amplificado, el escape, pero esto va a acabar siendo mi trabajo.

Madrid es esa jungla disfrazada de altos edificios en la que muchas jóvenes promesas buscan un hueco, donde intentan trascender y hacerse grandes. “En Aranda sacas dos canciones y eres el cantante del pueblo. Luego llegas a Madrid y no eres nadie. Hay que currar muchísimo más para buscar la diferencia”. Pero también reivindica sus orígenes: “Ser de pueblo te diferencia, tienes una autenticidad de serie que mucha gente busca”.

P: ¿Hay algo de obsesión en el éxito?

R: Sí. Y debes tener obsesión por la música porque si no te vuelves loco. A mí me pasa cuando voy a conciertos, que a veces ni los disfruto, porque estoy analizando el sonido. Tienes que estar todo el rato a la última, escuchando lo nuevo, lo que mola…

P: ¿Genera estrés el deseo ser grande?

R: No hay que pensarlo. Si la música es buena, acaba siendo grande. Solo hay que hacer las cosas que a ti te gustan y defenderlas para que se hagan grandes. Hay que estar muy seguro de que tus canciones molan para que el resto de personas vea que mola. Nada más. La fama la puedes acabar pillando, pero esto te lo tienes que tomar como un curro más. No me gusta la peña que no puede ni ir al McDonald’s.

P: Esa es la maldición del que va primero.

R: Justo eso, lo has pillado al vuelo. Esa canción (Corazón Vaquero) es un diálogo de Tarantino, en el que dice, ‘ten cuidado amigo, porque ir primero conlleva pisar muchas cabezas y conlleva ser el más conocido. Me gusta la movida de ir a rebufo. De hecho, mira, hay una foto de Benzema que se me quedó y la tengo guardada. A esto es a lo que me refiero.

P: Pero, ¿qué pensarías si Benzema no hubiera ganado nunca el Balón de Oro? ¿El objetivo final es ganar la estatuilla?

R: Ya, es cierto, pero el objetivo final, para mí, es que te mole tu música.

P: ¿Importa la suerte?

R: Muchísimo. Estar en un sitio, cómo y a qué hora. A veces pasa algo y te estás hablando con el jefe de algo. Alguien que te repostea y ¡bum!, tu canción da un pelotazo.

P: Hay una frase que dice: a veces llueve sopa, y te coge con un tenedor en la mano. Incluso ante la suerte se puede ser desafortunado.

R: Y seguro que esa persona lleva afilando el tenedor toda la vida, esperando pinchar un filete del cielo.

P: ¿Y cómo de importante es la llegada de una persona que confíe en ti?

R: Superimportante. En la historia de cualquier persona que haya sido importante hay un equipo o una persona detrás que dicen ‘eh, sigue’. En mi caso es Christian, mi mánager; una chica que me vio en un concierto, Cris Moirón; y por supuesto Gara, mi pareja, que me dice ‘no seas gilipollas, sabes cantar, producir y componer. Hazlo’. Todos debemos tener a alguien en casa que nos ayude, pero también que nos ponga los pies en el suelo y te quite la flipadez de un bufido. No que te alimente el ego, sino que te diga ‘peléalo y verás como sale’. Cuando vas de flipado, es importante tener una familia que te diga ‘acuérdate que en primero de la ESO te tiraste un pedo delante de toda la clase y nos reímos de ti’.

P: Dices que la cultura de ahora es Disney. ¿A qué te refieres?

R: Yo me inspiro mucho en Disney, Rookies es la vida de Hércules, la de hostias que se ha dado. Hércules tiene mucha fama, pero llega alguien que se la rebaja. Se pueden sacar muchas referencias culturales de Disney, la cultura no tiene por qué ser la calle, de ver quién es el más ‘malote’, sino que puedes hacer cosas buenas y bonitas por la gente y que eso te inspire. Por eso la cultura es Disney. La gente se siente más identificada con el de los increíbles que con un escritor megatop.

P: Y a ti, ¿qué tipo de historias te gustaría contar con tu música?

R: Pues mira, soy muy peliculero. Mis letras tienen que ser superépicas. Si hay desamor, que destroce. Si hay fronteo, que sea gordo, y si hay epicidad, que sea épico de verdad, y haya dioses y caballos alados. Todo ese imaginario que tanto gusta al ser humano, el de ser el ser lo más importante de la tierra.

P: ¿Qué es el pop ahora? ¿Lo que Rosalía dice que mola?

R: Hay peña que pone el baremo y la gente lo escucha. Pasaba con Lola Flores y con los más grandes. Eric Clapton dijo el otro día que Mk.Gee es el mejor guitarrista del mundo. Clapton dice eso y la gente, al menos, tiene que escucharlo. Noel, de Oasis, decía: ‘Somos la mejor banda del mundo’. Con que se lo crea un 20% de la peña, ya tienes a un 20% que piensa que eres el mejor del mundo. Pero las etiquetas, baremos y esas movidas se las dejo a los críticos. Yo me levanto, hago ruido, suena bien o mal, pero ahí estoy. No sabría decir lo que es el pop. Seguramente Rosalía o algún crítico lo sepa mejor que yo, o algún crítico.

P: Estamos en AS. ¿Sigues o practicas algún deporte?

R: Hago natación y competí en su día con el equipo de Aranda, el Arete, y alguna ‘medallita’ nos llevamos. Una vez vinimos a Madrid a hacer las pruebas de 50 y 100 metros libres.

P: ¿Te gustaría volver a competir?

R: Imposible (ríe). Además, me frustraría mucho porque me gusta ganar. Fíjate si soy competitivo que, como cea a alguien que nade bien, estoy ahí compitiendo. Y a esa persona le pasa lo mismo conmigo. Ya tengo a alguno fichado del equipo o el club que entrena en la piscina”.