FAMOSOS
Muere Morgan Spurlock, director de ‘Super Size Me’, a los 53 años
El cineasta norteamericano se alimentó únicamente de McDonald’s durante un mes, grabando un documental que marcó la opinión pública.
Pocas veces un documental ha trascendido la gran pantalla con la misma repercusión con la que Super Size Me atizó mediáticamente a McDonald’s. Corría el año 2004 cuando Morgan Spurlock, un cineasta independiente norteamericano, estrenó aquella cinta, con una dirección exacta de 100 minutos, en la que, literalmente, mostraba su evolución tras 30 días, que se correspondieron al mes de febrero de 2003, comiendo únicamente productos de la citada cadena de comida rápida. Fue todo un shock social. Dos décadas después de aquello, Spurlock vuelve a ser noticia al confirmarse su fallecimiento.
Ha sido su hermano, Craig Spurlock, quien ha dado la noticia. “Fue un día triste, ya que nos despedimos de mi hermano Morgan. Dio mucho a través de su arte, ideas y generosidad. El mundo ha perdido un verdadero genio creativo y un hombre especial. Estoy muy orgullosa de haber trabajado junto a él”, reza el comunicado emitido por la familia, del que se ha hecho eco Variety, aclarando que el motivo del deceso responde a unas “complicaciones derivadas de un cáncer”.
Un trabajo que trascendió el cine
Si bien es cierto que su trayectoria cinematográfica se extendió a lo largo y ancho de las lindes del séptimo arte, alcanzando puntos brillantes en sus labores como guionista en ¿Dónde está Osama Bin Laden? o La historia más grande jamás vendida, fue con Super Size Me donde maravilló a la Academia —estuvo nominado al Oscar a Mejor documental largo— y a todo el planeta: su trabajo puso la tilde en el debate social al que aquellos años, también ahora, era sometida la calidad de la comida de McDonald’s, así como otras marcas de comida rápida.
Desayuno, comida y cena. Todo McDonald’s. Y si era posible, el menú grande (denominado ‘Super Size’, de ahí el nombre con el que bautizó al documental). Cuando terminó el mes, Spurlock había engordado 11 kilos, desarrollado adicción a la comida basura y síntomas depresivos; su vida sexual empeoró, y sus niveles de azúcar y el estado de su hígado duplicaron el riesgo de sufrir un infarto. El sector comercial reaccionó y, para paliar las crecientes críticas, cambió la carta. Pero el golpe ya estaba dado.
Con el mismo afán crítico estrenó, allá por 2017, Super Size Me 2: Holy Chicken, con el objetivo de profundizar en los cambios que había producido su anterior trabajo y, además, desvelando el oscuro mundo de las granjas avícolas norteamericanas. Y fue él mismo quien confirmó que, efectivamente, pocas veces un documental había tenido tanta repercusión.
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