Melody no lo merecía

Melody fue valiente, poderosa, dinamita pura. ¡Qué más se puede pedir! Orgullosos tod@s de su gran actuación, de su predisposición, de sus valores. Melody se apropió de ‘Esa Diva’ y la hizo suya. Y su descaro superó con creces a un tema que daba para lo que daba. El lunes vi la actuación entera por primera vez. Se me pusieron los pelos de punta. Fue sorprendente. A años luz de lo que salió del Benidorm Fest. En la semifinal del martes hizo retoques. Ese zapato, ese ¡¡¡PODEROSA!!! gritado a los cuatro vientos. ¿Dónde estaba el desastre de actuación? En la final... arrasó.

España es un país de excesos. Para el fútbol, para comer, para beber, para la siesta, para hacer ruido, para perder mal, pero también para criticar. A la candidatura de Melody, al Festival, la pusieron de vuelta y media. Sin motivo. La única certeza es que Melody... si no existiera, habría que inventarla. Menos bilis. Menos haters. Melody dignificó Eurovisión. Tengo que reconocer que me subí al barco de aquellos a los que no les gustó el cambio de cara del tema. Esa versión definitiva con tintes más europeístas y modernos. Sigo creyendo que podía haber sonado distinto. Sin el rasqueteo de castañuelas. También me equivoqué cuando en algún momento dudé de Cristiano, de Messi, de Raúl y luego saltaban más que nadie, regateaban a cuatro rivales o marcaban hasta cojos. También dudé de Melody, pero me calló la boca. Como un simple mortal.

Melody se movió por el escenario de Basilea como un pez en el mar. Melody fue una diva sencilla, descarada, un huracán. Su actuación tiene errores. Y no son muchos más porque los minimizó Melody. Quizá todo fue demasiado grandilocuente, poderoso. Ese toque final me parece excesivo. Así es Melody, desmedida, vulgar. En el Benidorm ya pecó de intentar hacer muchas cosas. Demasiadas. Ahora estaba más contenida. A las divas es difícil echarlas el freno y ese desparpajo de Melody tenia que brotar. Salirse del guion. Faltó un final que creará un climax. Un ‘in crescendo’. Sí que hizo el ventilador. Esa sorpresa que tod@s pedían. Ese AS debajo de la manga. Gracias Melodía Ruiz Gutiérrez. A nosotros tampoco nos importa lo que digan los demás. Y aunque sea políticamente incorrecto y suena raro, estos son los pasos que debería seguir la candidatura de España en el futuro. Este es el camino. El de Melody. Como hicieron en su momento Pastora y Ruth. El de ponerse a España por montera. Hits como el Chanelazo son pelotazos de un día y no salen de debajo de las piedras. Acabamos terceros sí. Éxito para hoy, miseria para mañana.

Estoy seguro que los eurofans abrazarán a Melody como una de las suyas pese al 24° puesto y 37 puntos. No tengo dudas. El tiempo dictará sentencia y Melody será una de esas caras del Festival reconocibles con el tiempo. Esas artistas vistas con cariño pese a no ganar: como Barbara Pravi, Eleni, Bambie Thug, Noa Kirel, Destiny, Dami Im, Iveta, Polina, Sanna Nielsen, Aminata, Chanel y por supuesto Anabel Conde. Las Divas nacen y mueren Divas.

Hay que dar palos a Eurovision. Comienzo a pensar que el Festival deriva a algo distinto. A ganar por encima de todo. Es incomprensible que propuestas como las de Bélgica, Chipre o Eslovenia no hayan estado en la gran final. ¿Es un tema de audiencias? ¿Países como Suecia ya votan para ir descartando potenciales rivales? Son respuestas a las que todavía no llego. Es una broma que Suecia sea favorita con un tema que no acumularía ni 20 puntos bajo otra bandera. Debe ser que como el Madrid, es favorito en la Champions aunque no juegue. Esta deriva convierte a Eurovisión en un meme. Las votaciones del jurado (el problema de calado del certamen) parecían ir en contra de lo visto por todo el mundo. Y el público tampoco lo arregló. Ganó Austria en la foto finish a Israel. Ganó JJ y en parte ganó España. Sergio Jaén, director artístico de ‘Wasted Love‘, fue triunfador en la sombra de Eurovisión. Melody no merecía esto. Es el sentir del populacho.

Así suena Eurovisión 2025

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