Melissa Satta explota contra los que la culpan de lesionar a Berrettini con “demasiado sexo”

Melissa Satta ha explotado. Tan solo unos días después de que Matteo Berrettini abandonara por lesión el torneo de Montecarlo, la modelo y presentadora se ha sincerado en una íntima entrevista con Vanity Fair en la que se confiesa harta de que la culpen del estado físico del tenista. Un deleznable titular fue el detonante de todo, pero para entonces ya lleva meses recibiendo “muchos mensajes de insultos, acoso y sexismo”. Dicho titular decía así: “Melissa Satta trae mala suerte”, y la italiana lo considera que “no es ético” y que “legitima el odio”.

“Elijo ser un personaje público y acepto que me expongan y exponerme en las redes sociales, pero solo intento vivir una relación sentimental con otra persona. Simplemente quiero intentar ser feliz también”, asegura Satta, que ha vuelto a revivir fantasmas del pasado que ya la acusaron de provocar lesiones en sus parejas por un exceso de sexo. “Con mi exmarido (Kevin Prince Boateng), que sufría pubalgia. Incluso allí me atacaron diciendo que teníamos demasiado sexo y que esa era la causa de sus problemas físicos”.

Muchos han recordado este hecho y la han culpado otra vez de la lesión de su pareja. En esta ocasión la dolencia de Matteo Berrettini, por la que tuvo que abandonar Montecarlo, está localizada en su abdomen y eso ha llevado a que seguidores del tenista aseguren que, de nuevo, es por una vida más agitada de lo normal en la cama. “Lástima que sea una lesión en el mismo sitio que la de 2021, cuando yo no le conocía. Pero en cualquier caso, ¿de verdad tengo que responder ante esta gente?”, expresó.

Para Satta, todo es un asunto de sexismo: “Siempre ha estado ahí y sigue estando. Siempre son las mujeres las que distraen a los hombres, y si es una mujer la que pierde, es lo que come, no un hombre”.

¿Cómo se conocieron Melissa Satta y Matteo Berrettini?

En la misma entrevista, la modelo y presentadora de televisión reveló como conoció al tenista con el que hoy disfruta de una idílica relación. “En Miami, en una cena con amigos en común. Hablamos, intercambiamos números de teléfono y a partir de ahí empezamos a mantener el contacto. Al día siguiente nos fuimos los dos, mi vida está en Milán y él vive en Montecarlo”. Después llegaron “mil chats en WhatsApp que nunca terminaban”, y aunque ella siguiendo viendo a gente e intercambiando teléfonos, no sentía la conexión que sí tuvo con el tenista.

Y es que Berrettini destrozó todos sus esquemas y la máxima que se había impuesto tras divorciarse de Boateng: “Nunca más un deportista”. “Quería normalidad, la famosa rutina precisamente. Tuve una relación que no funcionó (con el empresario Mattia Rivelli en 2021), quizá porque el otro está en una no-normalidad conmigo y así las cosas no funcionan”.