Lucía, de ‘La isla de las tentaciones’, rompe a llorar tras su ruptura con Isaac: “No aguanto más”

La tormentosa relación de Lucía Sánchez e Isaac Torres continúa dando que hablar. La pareja, que se conoció durante su paso por ‘La isla de las tentaciones’, vivió una historia de amor llena de idas y venidas que culminó con la llegada al mundo de Mía, su primera hija en común. Un embarazo que la andaluza transitó en solitario. Si bien con el nacimiento de la menor decidieron apostar nuevamente por su idilio, la ruptura definitiva no tardó en llegar.

A lo largo de estos meses, la de Cádiz ha protagonizado varios encontronazos con su expareja siendo los usuarios de las redes sociales testigos de excepción de ello. Y es precisamente en su perfil de Instagram donde Lucía Sánchez ha querido desahogarse ante sus más de 808.000 seguidores. La joven está transitando una auténtica montaña rusa de emociones donde el estrés por “todo el lío legal de la niña” está haciendo mella en ella. “Tengo ansiedad al noventa por ciento”, dice entre lágrimas.

“No aguanto mas. Tanto mal rollo... Tanto lío de abogados. No va con mi personalidad”, asegura Lucía Sánchez en su canal de difusión. La custodia de la pequeña y el correspondiente régimen de visitas está suponiendo un auténtico quebradero de cabeza para ella. Según explica, Isaac Torres puede ver a la menor dos horas al día durante dos días a la semana, así como los fines de semana alternos. Una decisión por parte del juez con la que el catalán no está de acuerdo.

Este desacuerdo por parte de Isaac Torres hace enfurecer todavía más a la televisiva ya que, según ella, su expareja “lleva varios días sin ver a la niña”. Por su parte, el de Barcelona se defiende alegando que no ha podido trasladarse a Andalucía debido al delicado estado de salud de su padre que recientemente tuvo que ser sometido a una operación para extirparle un tumor.

Con ayuda de su madre

“La ansiedad es malísima. Necesito desahogarme de mal rollo”, sigue expresando en Instagram. “Ayer estuvo mi madre con Mía hasta la una y pude dormir un poco sola. A partir de ahí, las noches de siempre. La niña lloraba mucho, no sé por qué. Así que ese rarito me supo a gloria. Esa sensación de dormir así no la sentía desde que estaba embarazada”, añade.