GASTRONOMÍA

Los mejores bares y restaurantes de la A-6: ¿dónde comer bien cuando vas de viaje?

La Autovía del Noroeste, entre la Comunidad de Madrid y Galicia, ofrece numerosos templos gastronómicos al viajero en su trayecto.

Casi 600 kilómetros separan A Coruña de Madrid, dibujando un camino donde el paisaje va cobrando protagonismo, las ciudades rezuman tradición y la gastronomía recoge lo mejor de unas regiones que destacan por su magnetismo. La Autovía del Noroeste, conocida como A-6, es la principal vía de comunicación que une el centro peninsular con la comunidad autónoma en la que los frutos del mar mayor fama tienen.

Pero ese trayecto ofrece mucho más. Hamburguesas con vacuno del entorno, croquetas deliciosas, chuletón de Ávila o cocido maragato son algunas de las opciones antes de enfrentarse de lleno al marisco gallego.

Así pues, como comparte la Guía Repsol, a lo largo de su recorrido se prodigan las cafeterías con bollería recién hecha, bares con bocadillos de buen pan, asadores, restaurantes tradicionales o innovadores donde probar la gastronomía de la zona, que se va transformando a medida que pasan los kilómetros y que nunca defrauda.

Paradas indispensables en la A-6

Galapagar (Comunidad de Madrid)

La ruta planteada por la famosa guía comienza en Galapagar (Madrid), donde se encuentra La Santina con su local amplio y su gran terraza. Para llegar allí hay que tomar la carretera de Las Rozas-El Escorial (km.15) y, Como buen restaurante que presume de asturiano, su cachopo es perfecto para arrancar el viaje con fuerzas, pero no hay que desmerecer sus bocadillos. te esperan nutritivos bocadillos.

Ávila (Castilla y León)

Justo en la A-6 a su paso por Ávila, a la altura de Adanero, se encuentra el MA (Km. 111) que destaca por sus bocadillos de autor. Existe la posibilidad de desviarse hasta Ávila para darse un paseo por una de las murallas mejor conservadas de España y de lo mucho que tiene que ofrecer a nivel gastronómico. Una cena con música en Country Soul, un chuletón con vistas a la ciudad en Gloria Bendita y, de postre, un dulce de los que preparan Marta y Javier en Al Buen Tuntún.

Valladolid (Castilla y León)

En la provincia de Valladolid, Tordesillas ofrece junto al Duero una parada imprescindible en Doña Carmen. Basta con tomar la salida en el kilómetro 179 y buscar su privilegiado emplazamiento para degustar sus ricas raciones y hamburguesas. Un poco antes de Tordesillas, en Rueda, se encuentra Casa Lola (Km.170) donde se pueden catar, con moderación, alguno de los célebres vinos de la zona, o adquirir alguna botella para disfrutarla sin las prisas del viaje.

León (Castilla y León)

Si se cruza León sin prisa es de obligado cumplimiento, según la Guía Repsol, pasar por Castrillo de Polvazares (tomando la salida en el kilómetro 326), localidad considerada como la capital de La Maragatería. Allí Casa Coscolo sirve un verdadero cocido de la zona. La Magdalena de Combarros, en Brazuelo (dirigiéndose hacia la salida 333), y La Fragata, en Ponferrada, son dos buenas opciones si el viaje permite una parada más prolongada.

Lugo (Galicia)

Ya en Galicia Lugo es una de esas provincias donde realmente se entiende que tomar las antiguas carreteras nacionales casi siempre tiene premio. En este caso no supone desviarse excesivamente de la A-6 y hay un punto en el que puede merecer el esfuerzo. Los caldos de García, en Baralla, las almejas y los mejillones de Casa Do Labrego, en Baamonde, y las carnes de Casa Gaibor, en Guitiriz, -todos en la N-VI, son paradas obligatorias cuando el viajero llega a Galicia.

De Ferrol a la frontera portuguesa

Una vez en territorios gallego se puede aprovechar también la posibilidad de explorar la denominada AP-9, la Autopista del Atlántico que une Ferrol con la frontera portuguesa. Y en esta vía, como no podía ser de otra forma, proliferan los restaurantes donde degustar la gastronomía de la zona.

O Gaiteiro, en Cabanas, Los Manueles y su premiada tortilla, cerca de A Coruña o A Casa dos Martínez, en Padrón, cerca de Santiago de Compostela, donde hay que pedir chuletón de vaca, filloas de marisco y patatas fritas., son tres lugares que no defraudarán al visitante. A las afueras de Pontevedra, se puede pasar por Amásame Bakery y llevarnos uno de sus panes, reconocidos a nivel nacional. Y, para terminar, una cena en la barra de La Mesa de Conus, en el vigués Barrio de San Paulo.

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