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La vida personal de André Villas-Boas: de la aristocracia a presidente del Oporto

El portugués, que sucederá a Pinto da Costa, se casó con Joana Villas-Boas hace 20 años y tiene con ella tres hijos en común. Su bisabuelo fue el primer Vizconde de Guilhomil, título nobiliario que le confirió el rey Carlos I en 1890.

Sorpasso histórico en la presidencia del Oporto. André Villas-Boas ganó las elecciones para convertirse en el máximo responsable del club portugués tras el dilatado mandato de Jorge Nuno Pinto da Costa, que llevaba 42 años en el cargo. “Hay que felicitar a la lista B (la de Villas-Boas) por la victoria. “Es una época de transición, de cambio. Los socios son los que mandan en el club, así lo quisieron, y ahora hay que prepararse para el futuro”, aseguró Vítor Baía, mano derecha del presidente saliente, tras conocer el resultado electoral.

El portugués se embarcará en una aventura inédita para su curriculum, que está repleto de equipos de fútbol a los que ha entrenado (Olympique de Marsella, Zenit de San Petersburgo, Tottenham, Chelsea, Oporto y Shanghái Port). En esta nueva etapa, estará acompañado de una de las personas más importantes de su vida, como es su mujer, Joana Villas-Boas, tal y como ha hecho en otras experiencias, ya sea en Reino Unido, China, Rusia o Francia. Con ella se casó hace 20 años y tiene con ella tres hijos en común: Benedita (14), Carolina (13) y Frederico (8).

“De niña y niño a esposa y marido; a madre y padre y al futuro. 19 años juntos y muchas más revoluciones por venir. La felicidad se refleja en cada sonrisa, beso y abrazo. Un amor traducido en nuestros tres hermosos hijos y una vida hecha de aventuras en los cuatro rincones del mundo. Gracias, Joana”, escribió André por su aniversario de bodas. La esposa del presidente del Oporto, que nació al norte de Portugal, es licenciada en diseño y tiene varios cursos de modejale, aunque nunca ha ejercido la profesión.

El vínculo de André Villas-Boas con la aristocracia

Esto no es todo. Uno de los aspectos más relevantes de la vida es su estrecho vínculo con uno de los mundos más exclusivos, como es la aristocracia. Su nombre aparece en los anales de la burguesía portuguesa gracias a su bisabuelo, el primer Vizconde de Guilhomil, título nobiliario que le confirió el rey Carlos I en 1890. Desde joven prefirió luchar por el sueño que perseguía de pequeño: ser entrenador de fútbol. Lo consiguió y con creces, con tan solo 32 años, cuando recibió la llamada para dirigir al Oporto, club que presidirá hasta que el tiempo se lo permita.

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