La lección que Durant aprendió de LeBron para forjar su desconocido imperio millonario

Si hay dos ejemplos de leyendas del baloncesto que han sabido moverse como pez en el agua en el mundo de los negocios esas son, sin duda alguna, Michael Jordan y Shaquille O’Neal. Ambos han logrado construir un imperio empresarial que les ha reportado con creces más beneficios que sus carreras como deportistas de élite.

Su olfato para los negocios es innegable como demuestra su presencia en los puestos de honor de las listas que reconocen a los deportistas que más dinero han ganado en la historia, siendo Jordan el que mira a todos desde arriba. Pero puede llegar ese punto en el que dentro del gremio se vean superados por algunos alumnos aventajados que han entendido antes incluso de su retirada que hay vida más allá de la cancha.

La era del empoderamiento de los jugadores en la NBA les ha permitido hacer mucho más que cambiar de equipo. También ha logrado que tengan más oportunidades y control fuera de la pista de baloncesto. Y en este punto es obligatorio nombrar a LeBron James como el pionero cuando allá por 2010 decidió tomar las riendas de su destino no solo en lo deportivo con su sorprendente marcha a Miami: comenzó a forjar una implacable reputación como hombre de negocios.

Pero si hay un jugador que ha podido hacerle algo de sombra ese no es otro que Kevin Durant, que además de ser uno de los pocos jugadores que resisten cierta comparación deportiva con el de Akron, también ha seguido su estela y puede presumir de unas apabullantes ganancias fruto de sus apuestas empresariales.

Puede que las inversiones de LeBron sean más conocidas hasta la fecha y hayan tenido más repercusión, pero Durant no se queda atrás en ese sentido. El jugador neoyorquino, según las últimas estimaciones de Forbes, gana unos 92 millones de euros al año como resultado de su contrato con Brooklyn Nets y sus acuerdos de patrocinio con compañías como Nike, 2k Sports o Coinbase.

Una empresa para gobernarlas a todas

Pero la verdadera joya de la corona es su empresa de capital riesgo, Thirty Five Ventures, que ha ido puliendo desde que la creara junto a su socio Rich Kleiman, allá por 2016. Después de seis años de andadura, ambos han invertido en más de 100 empresas, proyectos, servicios o productos pertenecientes a diferentes sectores. Clubes deportivos, tecnológicas, medios de comunicación, productoras… piensa en un ámbito en expansión y probablemente Kevin Durant y su socio lo haya hecho antes poniendo una buena suma de dinero encima de la mesa.

Con este panorama, es complicado saber hasta qué punto Kevin Durant gana más dinero fuera que dentro de la cancha, pero lo cierto es que probablemente, como hicieron otros, dejará un legado. “Todos los deportistas increíbles que han triunfado en el mundo de los negocios -desde Magic Johnson hasta Michael Jordan y LeBron James- han aportado algo diferente y han seguido evolucionando y aprendiendo de los que les precedieron”, aseguraba en 2018 Kleiman.

“LeBron puso en marcha un gran plan: consideró los acuerdos de patrocinio de forma diferente, valoró la calidad por encima de la cantidad y se dio cuenta de que los deportistas de élite son marcas mundiales, por lo que deben tener una participación en estos negocios. Kevin aprendió mucho de LeBron. Ahora, Kevin está construyendo su propio negocio a su manera, y evolucionará, aportará algo nuevo e inspirará a la gente que venga después”, añadía.

Y vaya si ha evolucionado y está dejando huella. “Sé que sólo soy un jugador de baloncesto. No puedo atribuirme todo el mérito. Tengo un gran equipo de personas a mi alrededor que me han empujado a explorar el mundo de los negocios y a aprender más sobre él porque, como he dicho, sólo soy un jugador de baloncesto. Eso es lo que hago y normalmente no quiero hacer otra cosa. Soy feliz cuando juego al baloncesto. Pero tengo que dar un montón de crédito a la gente que me obligó a pensar un poco más allá porque ha cambiado mi vida y la ha hecho más interesante”, compartía Durant en HoopsHype, que evidentemente aprovechó su estancia en San Francisco cuando jugaba en Golden State Warriors para tomar buena nota de lo que se hacía en Sillicon Valley y comenzar a forjar su imperio.