Jordi Martín será juzgado por acoso y lesiones tras la denuncia de Clara Chía
El paparazzi tendrá que sentarse en el banquillo después de que la pareja de Gerard Piqué denunciase sentirse perseguida por él.
Clara Chía ha conseguido lo que quería: sentar en el banquillo al fotoperiodista Jordi Martín, por quien dijo sentirse perseguida y acosada desde que saliese a la luz su relación con el exfutbolista Gerard Piqué.
Tras saltar a la fama, la joven catalana ha tratado de mantener su intimidad fuera de los focos de la prensa y seguir siendo todo lo anónima que su romance con el excentral le permitía. No obstante, esto no ha sido posible, más si cabe con las acusaciones de infidelidad de Piqué con ella por parte de Shakira, quien lo ha ido relatando en sus canciones desde su separación.
Así, la joven interpuso una denuncia el pasado 10 de mayo contra uno de los fotógrafos que más la ha seguido este tiempo en Cataluña: Jordi Martín, quien ahora será juzgado por acoso y también lesiones.
Posible condena
Si la joven mantiene los cargos por los que interpuso la denuncia ante los Mossos d’Esquadra por la persecución insistente y continua en la que decía verse inmersa por parte del paparazzi, y que le habría provocado una afectación a su intimidad, el fotoperiodista se enfrentaría a una pena de entre tres meses y dos años de prisión por acoso y de tres meses a tres años también de cárcel por lesiones.
Aunque este, quien logró las primeras imágenes de la pareja, basa su defensa en la libertad de prensa y el interés general, lo cierto es que el juez instructor ya habría decretado para él una orden de alejamiento respecto a la joven que terminó el pasado miércoles y que no se amplió por la mejora de la denunciante y porque se dictó la resolución para seguir con el proceso de juicio.
De acuerdo con el magistrado, Martín no tiene legitimidad para invadir ámbitos privados, como la boda de un amigo de Piqué el año pasado o el estacionamiento privado de la finca donde está domiciliada Kosmos, la empresa del exjugador y donde Chía trabaja. Además, recuerda las persecuciones en coche a la denunciante por parte del fotoperiodista que ponían en peligro la seguridad de esta, quien no habría hecho ningún tipo de movimiento que hiciera pensar que querría dejar atrás su vida privada.