FMS INTERNACIONAL 2024

Gazir, Sweet Pain y Mnak: billete para México

Los tres españoles lograron clasificarse a FMS Internacional tras vencer el asturiano y el manchego en sus respectivas batallas y lograr el sevillano ser uno de los perdedores con más puntos.

Que a México se va por Carabanchel se vio en el Vistalegre. El 24 de febrero está rodeado con rotulador permanente en el calendario del puñado de freestylers que, con sangre en la boca y cuchillo entre los dientes, salieron al ruedo de la primitiva plaza de toros a buscarse el boleto para embarcar hacia la tierra azteca. Algunos incluso facturaron.

El play off de FMS Internacional aterrizaba en Madrid a través de una docena de enfrentamientos cuyos ganadores clasificaban al magno evento de Urban Roosters. Quien allí espera es Chuty, que está exento de cualquier prueba anterior por ser el vigente campeón del torneo. Y a él se han terminado sumando, entre otros guerreros de la palabra, los tres españoles que completaban la lista de esta preselección: Gazir, Mnak y Sweet Pain. Dos de ellos, directamente. El restante, por puntuación.

Una tarde en la que no llovió

Eran las seis y media de la tarde, parecía que iba a llover y ya había comenzado a asomarse la noche por el techo del pabellón. Nada que un altavoz no pudiese arreglar: un cypher vespertino despertaba al que se le hubiera atragantado la siesta. Ocho líneas cada uno. No más. Tras las sillas del jurado, Babi, Estrimo, Fox, Biancucci e Inefable. Luces, cámara y acción.

La primera batalla estuvo protagonizada por Meta y Acertijo, que se echaron en cara lo chileno de uno y lo poco del otro —mención a C Tangana incluida— para terminar certificando al segundo como finalista. Y como de una golondrina no se hace verano, Valles T hizo lo propio con Rodamiento. En apenas media hora Chile había perdido dos representantes.

Después de un enfrentamiento en el que Mecha se impuso sólidamente a un MP que se monta encima de la base como lo hace un surfista de tabla magnética sobre una ola en un mar de hierro, llegó el turno de Gazir. El asturiano no tuvo piedad con RC: descargó su intrínseca rabia en forma de punchline y, por si fuera poco, se alió, para sorpresa del ateneo, con un excelente uso de la métrica que, en ningún caso, abandonaba el ingenio con el que siempre rubrica sus intervenciones. Fue unánime.

Gazir / Juan de Aracil

Tras un pequeño receso, Chang y Skill se midieron en un duelo que iba de tapado, que no hizo mucho ruido, pero que le sirvió al primero para demostrar su “sangre diferente” y colocar un nombre venezolano en la lista de clasificados. A estas alturas del evento, el público demandaba un paso más allá. Y Marithea y Larrix decidieron tomar la batuta verbal; hasta el punto de que su primera temática fue “instrumentos musicales”. El argentino rebosó carisma y supo conducir al público a través de intencionadas referencias sobre la Casa Real -vivió diez años en Barcelona; como dijo con ese típico gallo gaucho en el acento: “sé mucho de ustedes”-, pero encontró un muro de cemento en la constancia de la colombiana, que, réplica y polémica mediante, terminó por llevarse el gato al agua.

Mnak salió al escenario a sacudirse una maldición. Había sido incapaz hasta la fecha de eliminar a cualquier peruano en un evento internacional. Delante de él, un sólido Stick que, por momentos de la batalla, amenazó con transformar en carne y hueso los fantasmas del manchego. Pero no. El vikingo sacó su hacha para mostrar el Valhalla de Calatrava al limeño y conseguir su billete a la finalísima.

Mnak / Juan de Aracil

La segunda parte de la polémica llegaría con la batalla entre Lobo Estepario y Dybbuk. El primero fue incisivo, hiriente con cada verso, pero el segundo se tornó mármol para los dientes del mexicano. Finalmente, Lobo se alzó con la victoria frente a un Dybbuk que a punto había estado de dar la sorpresa de la velada y a quien no le quedó otra que hundir la mirada en el oscuro fondo de Vistalegre. La buena sintonía que después mostraron era síntoma de que ambos se sabían con los deberes hechos.

Luego subieron a la tarima Letra y Nekroos. Y ganó el primero —segundo nombre venezolano— porque respondió a cada grito del peruano con un tono relajado y un contenido tajante. Como cuando un padre manda al cuarto a su hijo sin levantar la cabeza del periódico. Es una cuestión de seguridad con uno mismo. La misma confianza poseyó a El Menor para dar rienda suelta a sus estructuras volantes, castillos de versos en el aire que le sirvieron para vencer a un firme SNK.

Sweet Pain contra Nitro / Juan de Aracil

La penúltima batalla era la más esperada por toda la grada. Sweet Pain contra Nitro. Ambos decidieron que la lucha debía ser sin cuartel o no sería: el sevillano se lanzó eficazmente, pero entre que la dicción volvió a levantar un pequeño muro entre el mundo y él, y que Nitro hizo de su constancia la mejor defensa, no tuvo nada que hacer.

Después, Cacha y Klan hicieron vibrar el suelo e inyectaron al aire unas irremediables ganas de brincar con un clásico que a muchos les hizo recordar los tiempos de El Quinto Escalón. Klan ganó. Pero Cacha, al igual que Sweet Pain, logró introducirse en la lista de clasificados por ser los derrotados con más alta puntuación. Es decir, los mejores perdedores de la noche. Queda otro asiento más en el vuelo, que será elegido a través de votación popular. Pero ese ya no tendrá nada que ver con Carabanchel, ni con el Vistalegre, ni con la amenaza constante de lluvia de un sábado en el que, al final, no llovió.

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