Analiza lo ocurrido con los turrones en Mercadona y alerta a todos: “Otros supermercados lo bajan a propósito”

Cuando se encienden las bombillas de los árboles de Navidad que pueblan las plazas de los ayuntamientos y uno cree escuchar el derrape del trineo en la azotea, entonces, brotan los envoltorios de turrones en las estanterías de los supermercados. Ocurre igual cada año. En ocasiones pasa desapercibido, pero el hecho de que todos los calendarios se repitan las mismas fechas señaladas permite diseñar y experimentar con estrategias, así como ponerlas en práctica, para exprimir cada semana al máximo. Solo desde esta perspectiva se pueden analizar algunos detalles en los que si el cliente es atento reparará al pasear con el carrito de la compra por el pasillo del local.

Entre un sinfín de ejemplos, los citados turrones en Mercadona. Un reciente hilo de Reddit ha expuesto un escenario que, quizá, muchos habían ignorado. “¿Por qué cuesta el turrón Suchard 1′71 euros más en el Mercadona que en otros supermercados?“, ha preguntado un usuario, a lo que otro, ataviado con sus mejores prendas dialécticas, ha sacado la pizarra y se ha lanzado a revelar el motivo de semejante cuantía.

“El arte de la venta”

En la foto se ve la caja con los turrones, cada uno con un precio de cinco euros y una cantidad de 230 gramos. Lo entiende poca gente; Monxu es uno de ellos. “Es estrategia”, se aventura a decir, aportando después el quid de la cuestión: “La clave está aquí. Suchard ha subido el precio este año. Menos cantidad, costes más altos (cacao, azúcar, energía...) y precio final mayor. Eso es igual para todos. Lo que cambia es lo que hace cada supermercado”.

Es decir, no se trata tanto del producto como de la estrategia de la cadena valenciana. “Mercadona lo deja caro porque no quiere competir con Suchard. Su objetivo es que compres su propio turrón de marca blanca, que tiene mucho más margen para ellos”, detalla, resumiendo su actuación en que “si el proveedor sube precio, simplemente lo mantienen arriba”.

Contrasta con lo que hace el resto de negocios —al menos, en las lindes turroneras—. “Otros supermercados lo bajan a propósito. Lo usan como producto señuelo. Pierden margen en el turrón, pero lo recuperan cuando entras y compras más cosas”, cuenta. A modo de eslogan, resume: “Mismo turrón. Estrategias distintas”.

El tal Monxu debió abrir los brazos tras semejante reflexión económica. “Este man se ha leído El arte de la guerra”, dice uno, a modo de respuesta, a lo que otro matiza: “El arte de la venta”.

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