NEGOCIOS

Flamini: de estrella del Arsenal a invertir en un negocio valorado en 11.000 millones de euros

Mathieu Flamini colgó las botas y se volcó de lleno en la empresa sostenible que fundó en 2010, GFBiochemicals, de la que tiene una participación del 60%.

Mathieu Flamini sabe muy bien lo que es brillar sobre el césped. Lo hizo de la mano del Arsenal en dos etapas, y también en el AC Milan, pasando previamente por el Olympique de Marsella, y posteriormente al Crystal Palace y Getafe, donde puso fin a su carrera como futbolista para centrarse en otro terreno en el que ha demostrado saber moverse a la perfección: los negocios.

El que fuera subcampeón de la Champions, tres veces campeón de la FA Cup y la Community Shield, y de la Serie A y la Supercopa de Italia, decidió en 2010 invertir parte de su dinero en un proyecto con sede en París, GFBiochemicals, con el que buscaba una alternativa ecológica a los productos petroquímicos que se hayan en los plásticos.

Más de una década después, Flamini sigue conservando un 60% de la empresa y tiene el puesto de Consejero Delegado. Y ello ha hecho que según Forbes, el negocio estaría valorado en más de 10.000 millones de libras (más de 11.200 millones de euros al cambio).

Una empresa sostenible

Ya en una entrevista anterior, el propio exfutbolista confesó que “de niño tenía dos pasiones: el fútbol y la sostenibilidad”. Es por ello que se puso manos a la obra para fundar una empresa con la que promover la sostenibilidad junto a su socio Pasquale Granata: “Crecí en Marsella, cerca del mar, y desde muy joven fui consciente de las cuestiones medioambientales en torno a los plásticos oceánicos y la contaminación química”.

Lo que hace GFBiochemicals es tomar biomasa, como residuos domésticos o el estiércol, y lo convierte en ácido levulínico, el cual puede ser considerado como el sustituto de los productos petroquímicos que usamos en nuestro día a día, como los del cuidado de la piel. Y es que el ácido levulínico puede reducir hasta en un 80% las emisiones de CO2 generadas por la fabricación de esos productos.

Además, él mismo sabía que la idea de ser futbolista y sostenible, no casaba: “Me cuestionaba a mí mismo y no sabía que dirección tomaría el negocio. La gente realmente quiere ponerte a prueba y ver si vas a ser capaz de cumplir, porque no eres un hombre de negocios. Tenía que demostrar mi valía más que nadie en la sala. Me lo tomé como un reto”

Ahora, tiempo después, Flamini se siente igual que Greta Thunberg: “Me siento parte de este esfuerzo de la generación más joven, como Greta Thunberg, que está preparando el futuro”.

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