Fayna Bethencourt presenta a su nueva pareja

La incertidumbre y el miedo sigue presente en la figura de Fayna Bethencourt. La que fuera concursante de la segunda edición de Gran Hermano sigue pendiente de que la justicia haga su trabajo para encontrar a Carlos Navarro, más conocido como El Yoyas, que está condenado a cinco años y ocho meses de prisión por un reiterado maltrato contra ella y sus dos hijos.

“Soy una víctima de violencia de género que desconoce el paradero de la persona que condenaron por maltratarla (...) El día 14 de noviembre del año 2022, Carlos Navarro Merino, maltratador condenado, fue requerido a presentarse en los juzgados de Vilanova del Camí para su ingreso en prisión, no cumplió con dicho requerimiento y se dio a la fuga”, escribió al Defensor del Pueblo, organismo que protege los derechos y libertades de las personas.

No obstante, Fayna ha buscado rehacer su vida tras esta larga y dura pesadilla y parece que lo ha conseguido. La canaria ha compartido con la revista Lecturas la identidad de su nueva ilusión, el hombre, que, según ella, le ha devuelto la sonrisa tanto a ella como a sus hijos. Se trata de Misael Montesdeoca, con el que lleva cinco años de relación, aunque lo han ocultado durante este tiempo con el objetivo de preservar el bienestar de Fayna.

De hecho, esta persona se ha convertido en la pieza fundamental de sus hijos, al que le consideran como un verdadero padre, aunque no compartan la misma sangre. “Mis hijos son conscientes de que no es su padre biológico, pero entienden que el amor es más importante que la sangre. No me extrañaría que en el futuro se quisieran cambiar los apellidos”, cuenta a Lecturas.

“Mis hijos se dieron cuenta que no tenían miedo”

La relación de ambos data del momento en el que la víctima interpone la segunda demanda debido a que El Yoyas se personó en la vivienda de sus padres con el objetivo de asustarlos. Solo llevaban dos meses de relación, pero Montesdeoca le trasladó que siempre iba a estar cerca de ella a pesar de todo. De hecho, los hijos de la televisiva quedaron gratamente sorprendidos en el momento que su nueva pareja empezó a colaborar en las tareas domésticas del hogar, ya que su padre biológico nunca lo hacía.

“Cuando Misael entró en nuestras vidas y mis hijos le veían barrer, me dijeron ‘¡Oh, está barriendo!’”. La llegada de Misael a su vida no le ha quitado el miedo del cuerpo, aunque mantiene la esperanza de que la justicia de con el paradero del prófugo. “Esa es una cruz que siempre voy a llevar conmigo. Esa siempre será una sombra muy alargada”.