Juan del Val defiende a María Pombo por su comentario sobre la lectura: “Mucha gente que lee es imbécil”

Hace tiempo que Juan del Val practica funambulismo en el ojo del huracán, apostando y ganándose el sobrenombre de ‘polemista’. Pero su carrera mediática encuentra en las postrimerías de 2025 un punto y aparte que catapulta su carrera literaria y, al mismo tiempo, estrecha la cuerda sobre la que caminan sus comentarios en tertulias. Desde que ganó el premio Planeta con Vera, una historia de amor, su rostro se ha situado en el centro de una diana hacia la que muchos apuntan.

No están siendo especialmente generosas las reseñas con su novela. De hecho, las principales cabeceras del país, a excepción de La Razón, han tachado la obra de, simple y llanamente, mala. Sucede que a Juan del Val le da igual: también ha llovido mucho desde que aprendió a esquivar todos los los cuchillos que vuelan en su dirección. Y, en ese aspecto, ha tendido una mano valiosa —en tanto que procede del ganador de un galardón de la talla del Planeta— a otra persona que acostumbra a focalizar otro tipo de críticas —la última de ellas, precisamente, por apuntar a la opinión del sector en el que se desempeña Del Val—: María Pombo.

“Vivimos en un mundo de pose”

“Lo voy a decir. Creo que hay que empezar a superar que hay gente a la que no le gusta leer. Y encima no sois mejores porque os guste leer”, fue lo que la influencer dijo a través de redes sociales. Suscribe Del Val. “Yo estoy muy de acuerdo”, ha reconocido el escritor en el pódcast de Ac2ality, añadiendo más leña al fuego: “Hay mucha gente que lee que es completamente imbécil”.

Bien es cierto que admite que “leer es algo fantástico, leer es algo bueno. Leer es algo... depende de lo que leas, leer siempre es bueno”. No obstante, en las palabras de Pombo no ve sino un ejercicio de sinceridad: “‘Yo no leo’, fin. Es lo que dijo, nada más. Vivimos en un mundo de pose. El que quiera leer que lea. Hay un auge de literatura infantil, ahí hay un mercado sensacional que goza de buena salud”.

Desde su punto de vista, no se debe criticar a Pombo por expresar un pensamiento que, además de ser el suyo, no afecta ni a la industria —que tiene vida propia— ni a los hábitos individuales de cada uno: “Que María Pombo diga que no lee no va a hacer que nadie se deje de comprar un libro. Y si dice que lee, tampoco va a hacer que alguien que no quiera leer se lo compre”. No hay más.

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