REALEZA

El príncipe Enrique y Meghan Markle hacen vidas separadas

Harry, el hijo de Carlos III, intenta hacer las paces con su familia y viaja con más frecuencia al Reino Unido. La duquesa de Sussex no quiere volver a Inglaterra.

Las aguas andan revueltas en el matrimonio de los duques de Sussex, formado por el príncipe Enrique del Reino Unido y la Commonwealth y la otrora actriz estadounidense Meghan Markle. La que parecía una historia de amor de cuento de hadas, con renuncias incluidas para alejarse del foco mediático como miembros de la familia real y centrarse en su propia familia, podría estar llegando a su fin: ambos llevan vidas separadas.

Así lo revela la revista norteamericana Heat, que se ha puesto en contacto con una fuente cercana al matrimonio después de que estos hayan empezado a asistir a actos en solitario y tras los frecuentes viajes del hijo de Carlos III a Inglaterra, buscando, quizá, un acercamiento con su familia, a la que dejó de lado con el famoso Megxit.

El duque de Sussex, de 40 años, y con dos hijos, Archie, de 5, y Lilibet, de 3, estaría echando mucho de menos a sus seres queridos y también las costumbres de su país de origen. “Estamos llegando a un punto en el que Harry va a regresar al Reino Unido casi cada dos meses. Quiere mantener sus vínculos con su país natal, tanto profesional como socialmente, y, por supuesto, construir puentes con su familia también es una prioridad en su agenda”, revela este informador.

La negativa de Meghan Markle

Por su parte, Meghan Markle no tiene en sus planes el regresar al Reino Unido, todo lo contrario. Allí no fue feliz y no desea estar lejos: “No quiere volver a poner un pie en Inglaterra después de la forma en que la han tratado. Siente que la gente quiere quitarle la vida, y su bienestar es una gran prioridad para Harry. La trágica realidad es que, por muy fuerte que sea todavía su matrimonio, van a pasar mucho tiempo separados. Será solo cuestión de cómo lo manejen”.

Ha tenido que aceptar que Meghan no va a ir con él. No va a volver a la boca del lobo y, además, tiene demasiados asuntos pendientes con su marca como para volar fuera de la ciudad cada pocas semanas. Es algo que no se puede negociar y, a cambio, Meghan no va a armar un escándalo por el tiempo que Harry pase en el Reino Unido. Él echa mucho de menos su hogar y sigue siendo británico de corazón. Está feliz en el Reino Unido, pero también triste porque Meghan no puede estar con él”.

“Al final, Harry va a vivir una vida bastante a tiempo parcial entre los dos países y, comprensiblemente, eso le está generando mucha ansiedad a Meghan. Ella está apoyándolo porque no quiere ver a Harry extrañando su hogar, pero una parte de ella se siente incómoda por tenerlo lejos tanto tiempo. Está lejos de ser ideal, pero no hay otra solución”.

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