Coto Matamoros dicta sentencia sobre Jordi Évole: “Creo que huele a azufre”

Ha llovido mucho desde aquellas noches lejanas en las que Coto Matamoros se metió en el bolsillo a la audiencia de Crónicas Marcianas. Luego apareció su hermano, Kiko, y se convirtieron en una suerte de ‘brothers in arms’ del curioso universo televisivo patrio. Aunque el paso de los años ha dibujado una trayectoria en la pequeña pantalla mucho más prolífica para el segundo que para el primero, lo cierto es que cuando Coto abre la boca suele subir el pan. Su opinión sigue generando el mismo eco mediático que en aquellas charlas nocturnas de finales del pasado siglo.

No es ajeno Coto al paso de los años. En la actualidad, comparte sus pensamientos a través de un canal de YouTube, ‘Universo Coto’, en el que publica extractos de conversaciones y charlas que lucen la misma ausencia de filtro que siempre le ha caracterizado. Ejemplo de ello es un reciente vídeo en el que es preguntado por Jordi Évole, de quien dibuja un retrato singular.

Una de cal y otra de arena

“Bueno, pues para empezar es otro masón”, expresa, desvelando el hilo que les une e introduciendo en la historia a una tercera persona que pocos pueden imaginar: “Yo conocí a Jordi Évole en casa de Jesús Quintero, en Huelva. Estaba yo en casa de Jesús pasando unos días y vino Jordi Évole a grabarle algo para la televisión, para su programa”, desvela.

Desde un primer momento vio algo diferente en él. “Me pareció curioso. Es un tipo curioso. Es muy agradable en el trato, es simpático”, describe, resaltando que, de todas las cosas que dijo, hubo un tema en concreto que trataba con especial tacto: “Me llamó mucho la atención cómo narraba su amistad con el Papa, que entonces era Francisco”. Luego suelta una de esas frases contundentes que solo Coto es capaz de deslizar con cautela y rotundidad: “Yo creo que Jordi Évole huele azufre, y esto te lo digo sinceramente”.

Pese a todo, reconoce su valía profesional. “No deja de ser una persona discutida porque está muy alineado con sus ideas y sus programas y entrevistas son un reflejo de su pensamiento político. Sabe bien a quién lleva, a quién y cómo ridiculiza, total que por ahí tiene mérito. Sabe a dónde tiene que llegar, y llega”, juzga, añadiendo que “con lo cual, a mí profesionalmente me parece que es un tipo muy valioso”.

Dicho talento despierta su reconocimiento, pero no su simpatía. “Claro, mi forma de entender la existencia difiere absolutamente de la suya”, razona, argumentando que siente “cierto rechazo” por dicho comportamiento derivado “de su doctrina o pensamiento”. Ha llovido mucho desde Crónicas Marcianas. Pero Coto sigue siendo Coto.

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