Annie Lennox (Eurythmics) explica cómo convive con su trastorno diagnosticado a los 70 años: “Es un superpoder”

Pocas voces han marcado tanto la historia de la música como la de Annie Lennox, de Eurythmics. Con su estilo inconfundible, su presencia poderosa y una carrera repleta de himnos como ‘Sweet Dreams (Are Made of This)’ o ‘Why’, la artista escocesa no solo ha dejado huella en los escenarios, sino también en la conciencia social. Pero más allá de su imagen icónica y su éxito internacional, Lennox ha comenzado a abrirse sobre un aspecto muy personal y poco conocido de su vida: su diagnóstico de TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) con 70 años.

Una condición sobre la que la fundadora de Eurythmics ha hablado en el programa Woman’s Hour de la BBC, donde apuntó qué supone para ella vivir con este tipo de trastorno: “Soy como una urraca, observo todo, soy extremadamente sensible. Y descubrí que, en realidad, soy un poco neurodivergente”.

“Me han explicado mucho sobre cómo funciona mi mente y cómo funcionan las mentes de otras personas con TDAH. No es algo fácil de vivir, pero también es un superpoder. Creo que trae consigo cierta brillantez; no digo que sea brillante, ¡pero lo acepto! Durante la mayor parte de mi vida he aspirado a ser brillante a través de la música, a través del lenguaje, a través de las letras, a través de la interpretación, a través de todo eso”, agregó.

Qué es el TDAH

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una afección del neurodesarrollo que puede estar presente tanto en niños como adultos. Se caracteriza por tres síntomas principales: inatención (dificultad para mantener la concentración, seguir instrucciones o terminar tareas), hiperactividad (necesidad constante de moverse, hablar en exceso o dificultad para permanecer quieto), e impulsividad (actuar sin pensar, interrumpir a otros o tener problemas para esperar turnos).

El diagnóstico del TDAH es clínico, ya que no existen pruebas biomédicas específicas. Este proceso incluye, en el caso de los niños, entrevistas con padres y profesores, observación directa del menor, pruebas psicodiagnósticas que evalúan aspectos cognitivos, emocionales, familiares y del aprendizaje, y escalas de evaluación como Conners o SDQ. Para los adultos, escalas de autoevaluación, entrevistas clínicas, cuestionarios para observadores (familia, pareja), y pruebas neuropsicológicas. No obstante, es fundamental descartar otras causas o trastornos que puedan presentar síntomas similares, como ansiedad, depresión, trastornos del sueño o del aprendizaje.

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