Belleza

¿Qué es la ‘manicura rusa’? La OCU advierte sobre el tratamiento de moda: “Puede favorecer infecciones”

Pese a ser uno de los métodos estéticos en tendencia, cuenta con una serie de riesgos que obliga a pensar dos veces ante de optar por ella.

La manicura rusa se ha convertido en tendencia en el sector de la estética y el cuidado personal. Se trata de un tipo de manicura que se centra en tratar la cutícula: se levanta, exfolia y recorta cuidadosamente con un torno eléctrico. Se emplea con el objetivo de lograr unas manos más limpias y cuidadas, aunque también puede favorecer la aparición de algunas infecciones en las uñas.

Se trata de un método que se aplica en seco, sin el remojo previo característico de la manicura más tradicional, y no requiere de decoraciones o pintauñas. Con la manicura se consigue la retirada completa de la cutícula, por lo que se suele combinar con otra técnica, la del ‘nail art’, para conseguir un resultado todavía más limpio y pulido.

La retirada de la cutícula permite que los resultados de la manicura rusa tengan una mayor duración. Además, en el caso de utilizar esmaltes, ya sea de tipo permanente o semipermanente, se deben aplicar lo más cerca posible del nacimiento de la uña, para que este efecto de uña pintada se prolongue a lo largo del tiempo.

Riesgos y recomendaciones con la manicura rusa

En el proceso de la manicura rusa se produce la mencionada retirada de la cutícula, la cual puede suponer un problema, ya que se establece como una barrera protectora natural contra la entrada de agentes patógenos a las uñas. Esto puede generar varios problemas.

  • Aparición de infecciones conocidas como paroniquia, que son bacterias y hongos que infectan la zona.
  • Tras ello puede aparecer la distrofia ungueal, es decir, una decoloración de la estructura normal de la uña.

Aunque los resultados que ofrece la manicura rusa son muy atractivos, hay que tener en cuenta que las cutículas son una parte fundamental de la uña, previenen muchas infecciones y su eliminación trae consigo grandes riesgos que no compensan un ‘look’ más limpio.

Por ello, al hacerse la manicura, es mejor evitar tocar las cutículas y la superficie de la uña, dejando las más agresivas solo para ocasiones especiales. Por último, se puede tratar el aspecto de las cutículas manteniendo tus manos hidratadas y protegidas con guantes al realizar diferentes tareas que las puedan dañar, como limpieza, jardinería, bricolaje...

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