¿Qué diferencias hay entre un Belén y un nacimiento, cuál se pone y quién está en cada uno?
El Belén y el nacimiento, aunque puedan parecer lo mismo, son diferentes. Los conceptos que aparecen en ambos son claves para diferenciarles.
La Navidad cuenta con una gran cantidad de elementos y símbolos. La religión tiene una gran presencia, ya que, en este período, se celebra la llegada al mundo de Jesús. Una de las tradiciones más duraderas en el tiempo es la del ‘Belén’ o ‘Nacimiento’. En muchas de nuestras casas, se colocan las diferentes representaciones de estos elementos, que cuentan con alguna diferencia.
En primer lugar, hay que dejar claro que el conocido como ‘Santo Misterio’ es uno de los elementos centrales. El nacimiento del Niño Jesús es el tema sobre el que se sustentan estas representaciones, y hay una gran variedad de símbolos y figuras que orbitan alrededor de él.
El Belén, un elemento tradicional
Este es uno de los conceptos más conocidos de la Navidad. En España fue introducido en el siglo XV por la orden franciscana, y representa las escenas del nacimiento de Jesús. Además, hay que tener en cuenta la influencia del monarca Carlos III para la popularidad de este concepto. A mediados del siglo XVIII, tras su llegada al trono, popularizó lo que también se conoce como ‘Pesebre’.
En este caso, y a diferencia de lo que se conoce como ‘nacimiento’, este campo hace referencia a todas las escenas previas hasta el nacimiento de Jesucristo. Ya sea la Anunciación, la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel, o la Huida de Egipto, todos estos acontecimientos son reflejados por un Belén.
El Nacimiento, un pilar de la Navidad
Este aspecto, uno de los más relevantes de la Navidad, hace referencia única y exclusivamente al nacimiento de Jesucristo. En esta escena, se puede apreciar, además de a la ‘sagrada familia’, la Adoración de los Reyes Magos. En esta escena, se incluyen además a los diferentes animales que estuvieron presentes, como es el caso de la mula o el buey.
Con el pesebre, que suele representar la humildad y la sencillez, se aprecia una circunstancia de lo más particular. Entre preparativos y la llegada, estas figuras, tan importantes para la Navidad, tardaron 83 días en llegar para apreciar el nacimiento del Niño Jesús, y hacer lo que se conoce como ‘Adoración’.
El ‘Santo Misterio’, elemento central de este motivo
Una de las grandes incógnitas que se deben resolver en torno a estos elementos tiene que ver con las figuras que aparecen en el mismo. El punto en común es el conocido como ‘Santo Misterio’. La Virgen María, San José y el Niño Jesús son los puntos centrales de estos ámbitos, de los más relevantes cuando se aborda la Navidad y los conceptos del Belén y el ‘Nacimiento’.
En este caso, cabe destacar que la disposición puede ser realizada de varias maneras, aunque lo más frecuente apunta a que la Virgen debe estar colocada a la izquierda del niño recién nacido. Eso dejaría a San José en la parte derecha del Belén.
Otro caso es el de los animales. El buey y la musa estarían situados a cada uno de los lados del Niño Jesús. En el caso del primero, se suele colocar en un lugar más alejado debido a su tamaño. En la situación de los Reyes Magos, esta es otra cuestión. Lo más habitual es que se coloquen en procesión sobre los camellos, hasta el día seis de enero, cuando se les sitúa adorando al niño.
Los pastores, otras figuras clave
Otros de los elementos que suelen aparecer en estas representaciones, especialmente en el ‘Belén’ son los pastores. Estas son las personas que conocieron en primer lugar al recién nacido. Además, hay que tener en cuenta que estos ciudadanos también fueron visitados por el ángel para anunciarles la llegada del niño.
Precisamente, este último es otra de las piezas clave que aparece en estas representaciones. Normalmente, es colocado dentro o por encima del portal de Belén, y sirve para recordar que fue él el que anunció a los pastores la venida al mundo del Niño Jesús.
Pescadores o lavanderas, también presentes
Otro de los ejemplos de figuras que pueden aparecer en un ‘Belén’ son los pescadores o las lavanderas. Los primeros pueden estar relacionados con Pedro. También pueden estar relacionados con uno de los símbolos más reconocibles del cristianismo, el pez. En el caso de las segundas, simbolizan la pureza o la purificación.