Jordi Dalmau, diseñador: “Me encantaría vestir a la reina Letizia”

A punto de presentar su nueva colección Snow White en el emblemático escenario de Atelier Couture 2025 (29 de octubre, en el marco de la Semana de la Moda de Madrid), el diseñador de moda Jordi Dalmau charla con AS sobre la actualidad del sector y los nuevos retos a los que se enfrenta.

Jordi Dalmau, de la mano de Sedka Novias, volverá a sorprender con una propuesta nupcial atrevida y sin filtros, inspirada en figuras féminas tan icónicas como controvertidas: las villanas de los cuentos. Lejos de clichés, la colección invita a romper moldes y a reivindicar la autenticidad en el día más importante de tu vida.

Con una puesta en escena que promete dramatismo y emoción, Dalmau apuesta por siluetas impactantes, tejidos de alta costura y una paleta cromática tan intensa como inesperada. Una declaración de intenciones que celebra la libertad de ser uno mismo, sin etiquetas ni normas preestablecidas.

Mecánico de coches, florista…, ¿cómo acabó siendo diseñador?

Es algo que siempre he llevado dentro. En todas las profesiones que he ejercido, aplicaba la creatividad desde mi propio punto de vista, buscando siempre aportar algo único. En el fondo, el diseño es eso: crear, transformar y dar forma a algo que antes no existía. Crear desde cero es, sin duda, mi verdadera pasión.

¿Cuál fue la primera celebridad que confió en usted para un diseño y qué recuerda de esa experiencia?

Mónica Naranjo fue, sin duda, la más especial. Nunca imaginé que una artista a la que yo admiraba desde hacía tanto tiempo pudiera fijarse en mi trabajo. Fue una experiencia que me marcó profundamente y me confirmó que estaba en el camino correcto.

¿Hay alguna famosa a la que le gustaría vestir y aún no se ha dado la oportunidad?

Me encantaría vestir a la reina Letizia. Creo que representa la elegancia, la sofisticación y la fuerza de la mujer actual, valores que me inspiran y que se alinean con el espíritu de mi firma.

¿Se puede mantener el sello personal cuando se viste a alguien con un estilo muy marcado o exigente?

Siempre hay que respetar y entender el estilo propio de cada cliente, porque la moda también es una forma de expresión personal. Pero sí, creo que es posible mantener el sello de la firma, ese toque reconocible que está presente sin imponerse, que se percibe, aunque no se note de forma evidente.

Desde fuera, el mundo de la moda puede parecer glamuroso, pero ¿qué es lo más duro o frustrante que pocas veces se cuenta?

Detrás del glamour hay muchas noches sin dormir, largas jornadas de trabajo y un gran esfuerzo en investigación antes de lanzar cada propuesta. Es un proceso muy exigente, que requiere constancia y pasión. Lo más duro quizás es esa presión invisible de superarte con cada colección.

¿Cómo lidia con la crítica tanto del sector como del público?

Leo todo, tanto lo positivo como lo negativo. Las críticas constructivas me ayudan a crecer y a mejorar. Intento aprender de cada comentario sin perder mi esencia ni el rumbo. Creo que escuchar, sin dejar que te desvíen de tu camino, es clave para evolucionar.

¿Qué significa para usted el éxito en la moda? ¿Es fama, ventas, impacto…?

Para mí, el verdadero éxito está en ver la felicidad de cada clienta o cliente al llevar un diseño mío. Sus mensajes, sus fotos, y la emoción que transmiten tras un evento son mi mayor recompensa. Ese vínculo emocional es lo que da sentido a todo lo demás.

Se habla mucho de la IA como herramienta creativa. ¿La ve como una amenaza o como una aliada?

Creo que puede ser ambas cosas. La inteligencia artificial puede ser una gran aliada si se utiliza con criterio y equilibrio. El peligro está en dejar que sustituya el alma del proceso creativo. Hay que saber usarla con cabeza, para que no se nos vaya de las manos.

¿Ha experimentado ya con inteligencia artificial en sus procesos, por ejemplo, para inspirarse, visualizar tejidos o presentar ideas a clientas?

Por el momento no. Sigo fiel a mis raíces, dibujando a lápiz y color. Me gusta sentir el trazo, el papel, la textura… Esa conexión directa con lo que imagino es parte esencial de mi proceso creativo.

¿Cree que en el futuro un diseñador podrá ser sustituido por un algoritmo o hay algo irremplazable en la mirada humana?

Me gustaría pensar que no. La tecnología puede acompañarnos y facilitarnos el trabajo, pero la sensibilidad humana, la intuición y la emoción que hay detrás de un diseño son irreemplazables. Lo ideal será aprender a convivir y avanzar juntos, sin perder el control ni la esencia artística que nos define.

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