CONSUMO

¿En qué se diferencian el champagne, el cava y el vino espumoso?

A pesar del tener el mismo proceso de elaboración ñas distinciones son notables donde destacan el clima, el suelo o el precio de una botella.

Los vinos espumosos, entre ellos el cava o el champán, se convertirán en los grandes protagonistas de la noche de Fin de Año, donde familiares y amigos alzarán las copas para brindar y dar la bienvenida al 2023. Sin embargo, existen varias diferencias entre estas bebidas fermentadas, como el aroma y sabor, entre las más destacadas, aunque tienen el mismo proceso de elaboración.

En realidad, se tratan de vinos blancos que contienen un gas carbónico, es decir que han superado un segundo proceso de fermentación, pero la localización o el lugar en el que se producen propicia que haya una serie de divergencias. Por ejemplo, el champán es una bebida exclusiva de la región francesa de Champagne, por lo que se caracteriza por su denominación de origen.

Además, esta variedad del vino espumoso precisa tres tipos de uvas que son propias de esta zona, entre ellas dos de uva tinta (Pinot Noir y Pinot Meunier) y una de uva blanca (Chardonnay). Una elaboración muy tardía que requiere un envejecimiento de más de un año debido a la incorporación en la segunda fermentación de un toque final de azúcar y levadura, que facilita la creación del gas carbónico.

En cambio, la denominación del cava es española a raíz de sus primeras elaboraciones allá por el 1986 en Cataluña, aunque no solo procede de esta región debido a la creación de la Región del Cava, en el cual están concentrados más de 150 municipios repartidos por las comunidades autónomas de Aragón, Extremadura, La Rioja o Valencia. Además, este vino espumoso precisa para su elaboración uvas tintas como la Parellada y blancas como el Xarel.lo y Macabeo, propias de la región del Penedés.

Un sabor y un aroma totalmente diferente

El entorno y la influencia climatológica determina otra de las grandes distinciones entre el cava y el champán, ya que el vino espumoso de origen catalán se elabora en la zona del Mediterráneo, donde las temperaturas favorecen el proceso de maduración de esta bebida fermentada, lo que propicia que este vino espumoso sea más afrutado que su competidor. Por el contrario, el frío y las constantes precipitaciones en la región francesa de Champagne hacen que este exclusivo producto sea más ácido.

El precio es otra de las grandes diferencias, ya que siempre ha rondado el famoso tópico que el cava es el champán de los pobres. No obstante, esta realidad es verdadera debido a que la producción de esta bebida española es notablemente mayor gracias el entorno que ostenta y el menor tiempo de elaboración que precisa a diferencia de su homólogo.

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