El restaurante que arrasa tras la visita de Alberto Chicote en ‘Pesadilla en la Cocina’
Como recoge ‘20 minutos’, La Bámbola está alcanzando el éxito después de los cambios que ha hecho el famoso chef en sus cocinas.
‘Pesadilla en la Cocina’ afronta los últimos capítulos de su octava temporada. Un formato en televisión que sigue cosechando buenos datos de audiencia, y que hace unas semanas emitió un programa sobre La Bámbola, el cual se grabó en marzo, y que sufría todo tipo de problemas.
Un restaurante ubicado en Málaga que, tras el paso de Alberto Chicote por sus cocinas, ha dado un giro radical, ofreciendo un producto diferente y que ha alcanzado el éxito en cuestión de unos meses, tal y como han informado sus dueños, Jose y María Jesús a ‘20 minutos’.
El local malagueño ha cambiado drásticamente su imagen, pasando de ser descrito por Chicote como un “local hecho de retales, un auténtico desastre”, a presentar una imagen renovada, con un espacio bien decorado y con un mobiliario muy diferente. Y es que no solo ha cambiado en cuestión de imagen, sino que también se puede ver su sala repleta de gente: “Los fines de semana viene gente de toda la provincia y provincias limítrofes, incluso ha venido gente de Barcelona. Los sábados y los domingos están completamente lleno, es lo nunca visto. Muchos restaurantes estarán acostumbrados a eso, pero ya te digo que nosotros no”.
También ha cambiado el menú de La Bámbola, el cual antes era muy largo y variado, con todo tipo de platos, y de los que Chicote aseguró que “hay castillos con cemento que son más ligeros que esta croqueta”.
De ahí, Jose y María Jesús optaron por renovarse, pero con ciertos límites; adaptando el menú que les había puesto Chicote e incluyendo también algunos suyos: “Me dejó una carta con unos platos muy elaborados, pero yo al mes tuve que quitarla. Puse una carta con platos míos y dejé algunos platos de Chicote. Las setas con miel las dejé en la carta, porque tenían mucho éxito. Todas las paellas las mantengo, el bonito encebollado también, la ensalada de bacalao...”.
Por otro lado, los dueños han tenido que cambiar algunos platos por su precio: “Este es un barrio de obreros que van a comer con 20 euros. ¿Cómo les vas a poner un plato de 28 euros?”.