El padre Ángel relata cómo se quemó la casulla el cura de la boda de Tamara Falcó
El sacerdote ha revelado en ‘El Programa de Ana Rosa’ que hubo un pequeño fuego que se produjo a causa de las velas que había en el suelo.
Uno de los momentos más virales de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva fue un suceso que tuvo lugar durante la ceremonia que les unió en matrimonio. Uno de los sacerdotes que oficiaba el casamiento tuvo un incidente con una vela y su casulla empezó a arder inmediatamente. Solo la advertencia de Alejandra Onieva impidió que la anécdota pudiera haber sido una catástrofe.
En una intervención en El Programa de Ana Rosa, el padre Ángel, que vio en primera persona lo que le estaba sucediendo a su compañero, ha detallado cómo sucedió realmente todo. “Como había que tener algún incidente y no había nada, no se había caído ni el techo ni había pasado nada, pues sucedió esto”, ha comenzado el párroco bromeando.
“Había unas velas en el suelo y uno de los compañeros, José Luis, se acercó mucho a esas velas. Y si no es por la hermana de Íñigo, que le dice: ‘No se arrime tanto, que se va a quemar’. Se chamuscó un poco, pero yo creo que ni se había dado cuenta él del fuego. Fue un incidente jocoso y curioso, pero no eran las llamas del infierno, eran llamas bonitas”, ha expresado.
Críticas al banquete
Además, dos días después del enlace, Informalia ha publicado un artículo en el que asegura que algunos de los 400 invitados a la boda con los que han podido contactar acabaron descontentos con el menú de la cena. La comida, que estaba a cargo del chef con cinco estrellas Michelin Eneko Atxa, estaría según sus fuentes “cruda” y “poco cocida”. “El aperitivo sí estuvo bien, pero la cena un desastre”.
El menú estaba compuesto de tres platos. Un entrante de Hojas de verano y quisquillas; un plato principal de pichón asado, trufa, tembloroso de setas, ñoqui de Idiazábal y estofado de trigo; y un postre llamado Chocolate y Oliva “Marqués de Griñón”. Una alimentación que, a su vez, fue un homenaje para el difunto Carlos Falcó, el padre de la novia.
El aperitivo, en cambio, estuvo compuesto por 20 platos y cinco estaciones. Langostas, espárragos, macarones, limon grass, erizo, caviar, nigiris, sardinas, trufa, queso o bogavantes compusieron unos entrantes que empezaron a consumirse a las 9 de la noche, justo tras la finalización de la ceremonia religiosa.