TELEVISIÓN

El novio de La Veneno, sobre la muerte de la artista: “Cuando llegué, seguía viva”

Alin Bogdan, última pareja de Cristina Ortiz, reniega en ‘Equipo de investigación’ de las teorías que le sitúan a él como asesino de la icono trans.

El 9 de noviembre de 2016 falleció Cristina Ortiz, La Veneno. Había sido ingresada cuatro días antes en el Hospital de La Paz por lo que se dijo era una caída accidental, cuyo recuerdo llevaba tatuado en forma de moratones en la cara, manos y pies. Así se fue un icono trans, referente de visibilidad LGBT, cuya figura fue todavía más reivindicada tras el estreno de Veneno en 2020. Sobre aquel episodio que terminó con su vida súbitamente han llovido teorías alimentadas, en gran parte, por la negativa de sus amigos y familiares a aceptar que fuera un simple accidente.

Cada confesión acerca de su deceso es totalmente reveladora. Por ello, la ruptura del silencio que ha ejercido su última pareja, Alin Bogdan, frente a las cámaras de Equipo de Investigación ha supuesto un punto de inflexión en toda la rumorología que sobrevuela su fallecimiento.

“No tuve nada que ver con su muerte”, anticipa Bogdan, quien asegura que, de hecho, pensaban a largo plazo y en una vida juntos: “Nosotros teníamos planes para ir a Rumanía, pagar a una chica para tener un hijo y casarnos. Y después salir en la tele para presentarme como su última pareja”.

“¿Usted cree que yo la he matado?”

Esta afirmación viene a contradecir la carta que el programa recibió de parte de la comisaría de Tetuán, cuyo contenido respaldaba que ella llamó a los servicios de emergencia para pedir auxilio porque “su pareja la quería matar”. “Es una broma que gastó ella, ¿usted cree que yo la he matado? No recuerdo que llamara y dijera que la querían matar. No he escuchado esa llamada. A lo mejor ni yo estaba allí”, expresa Bogdan con un semblante serio y frío.

A las heridas que presentaba cuando fue ingresada La Veneno ha dado Bogdan una explicación. “Lo del pie fuimos una vez a una chatarrería a ver a un amigo suyo y se golpeó en el pie. En casa había una mesa de cristal grande que la rompió junto a un amigo. Tenía la tensión muy baja y cuando se levantaba muy rápido para ir al servicio se mareaba y se caía”, explica el rumano, renegando de cualquier rumor que le implique en lo ocurrido.

Sobre las palabras de Esther Lago, una de las amigas de La Veneno y junto a la que hacía la calle, quien aseguró que Ortiz le reiteró que el rumano quería matarla, se pronuncia para reiterar la rotundidad de su falsedad: “No es verdad. Cristina y Esther tuvieron una discusión y hasta se pegaron. Le dijo a Esther que se fuera de casa (los tres vivieron un tiempo juntos) porque yo había vuelto, quería hacer el amor conmigo y le daba un tiempo para que se buscara un alquiler”.

“Recuerdo perfectamente que fui a conseguir lo que consumía y, cuando volví a casa, la puerta estaba abierta y Cristina todavía estaba viva”, dice del último momento en el que la vio con vida, agregando que, al contrario de lo que se ha dicho, no llevaba un vestido roto, sino uno blanco con agujeros personalizados.

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