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El dolor de Pedro Porro: “No pude despedirme de mi mejor amigo antes de que muriera”

El futbolista ha relatado en ‘The Telegraph’ el varapalo personal que sufrió a consecuencia de la muerte de su mejor amigo de la infancia, que conoció en Don Benito, su localidad natal.

Los futbolistas manifiestan unas apariencias que hacen entender que sus vidas están impregnadas de dinero y lujo. En la sombra y donde nadie mira también se también existen episodios personales que dinamitan todo aquello que les rodea. A Pedro Porro le ha tocado vivir esa cara que no solo da este deporte, sino también la vida. El futbolista del Tottenham no pudo despedirse de su mejor amigo de la infancia antes de morir, tal y como ha confesado en una entrevista con The Telegraph.

Un tumor en el riñón que se extendió a la cabeza acabó con la vida de Mohammed Khairat Tamahaj, una persona que se coló en su vida con tan solo cinco años. Una llamada a la puerta de su casa en Don Benito (Badajoz) fraguó una verdadera amistad. “Las mejores amistades son las que nacen de la espontaneidad, y ese fue nuestro caso. Vivíamos cerca y un día llamó a mi puerta. Se presentó, fuimos juntos al colegio y desde entonces y durante esos años fuimos inseparables. Jugábamos juntos todo el tiempo: en el patio del colegio y en la calle”.

“Ahora sé que descansa en paz con su familia”

Pedro empezó a crecer de manera exponencial en el fútbol y eso les distanció. “El tiempo nos separó. Empecé a dedicarme profesionalmente al fútbol y tuve que ir a Madrid, Girona, Valladolid, Lisboa y ahora Londres”. Aun así, el lateral derecho estuvo en contacto para conocer cómo se encontraba su amigo. En una de esas llamadas, se enteró de que el joven tenía un tumor en el riñón. El diagnóstico empeoró y la enfermedad se extendió hasta el cerebro. No pudieron salvar su vida.

“Hace poco me enteré de que estaba enfermo. Tenía un tumor en el riñón que se extendió a la cabeza y lamentablemente todo pasó muy rápido”. El destino les brindó una bienvenida que no ha tenido despedida. Los compromisos profesionales negaron al futbolista el derecho de poder despedirse de aquel niño marroquí recién llegado a España con el que echó muchas horas en el parque. “No tuve tiempo para despedirme de él”.

Porro se enteró de que la familia regresó a Marruecos, pero no podía pagar la repatriación para enterrar a Mohammed en su país. El futbolista se hizo cargo de los gastos para que descansase en paz junto a los suyos. “Descubrí que su familia, que había regresado a Marruecos, no podía afrontar los gastos de repatriación y me ofrecí a ayudarlos en lo que fuera necesario. Ahora sé que descansa en paz con su familia”.

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