El “desaguisado” estético de Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba: “Se ha puesto morritos”

Alfonso Díez pasó de ser un funcionario anónimo bien situado a convertirse en un aristócrata consorte allá por 2008, cuando estallaba la crisis económica a nivel mundial y la de la propia casa de Alba, tras conocerse su romance con la duquesa, Cayetana Fitz-James Stuart, quien se puso el mundo por montera hasta conseguir casarse con él.

En un discreto plano, el hombre, que por entonces estaba en la sesentena, empezó a acompañar a la noble en multitud de actos públicos, de donde le pudiera haber venido una preocupación por su imagen física que habría llevado hasta el extremo para tratar de seguir manteniéndose joven pese al paso del tiempo por su piel. Ahora ha reaparecido, dejando boquiabiertos a todos aquellos que, en los platós de televisión, se preguntaban incrédulos si realmente era él quien se escondía detrás de tantos retoques estéticos.

“Estoy en estado de shock”

No es la primera vez que el funcionario se ha sometido a una operación para empujar hacia atrás las manecillas del reloj. De hecho, tampoco es la segunda. Tal y como se ha mostrado, el rostro permite deducir una blefaroplastia (rejuvenecimiento de ojos y párpados), un implante de cabello y, además, parece haberse pinchado bótox y ácido hialurónico.

La forma de su nariz delata otros retoques: el tabique es más corto y recto. Los labios, rellenos. En redes sociales se habla de un lifting por la tersura de su faz, algo que, aunque es difícil de afirmar, no sería descabellado. Por último, se habla del tamaño de las orejas y el cardado del cabello, que podrían ocultar cicatrices.

Quien no ha podido evitar el asombro por todas estas operaciones ha sido Sonsoles Ónega, quien ha reaccionado en Y Ahora Sonsoles ojiplática a las imágenes de Alfonso Díez: “A lo mejor se lo han cruzado últimamente y no lo han reconocido. Así ha cambiado. Estoy en estado de shock. Tu cara no me suena, Alfonso. Si esto lo hace una mujer, le ponemos a escurrir”.

La presentadora del espacio, que había dado rienda suelta a su sinceridad, prosiguió su discurso. “Yo tengo que decir algo o reviento. ¡Se ha hecho un desaguisado! Absolutamente. Ni Andy Warhol, ni nada. Se ha puesto morritos, se ha subido la nariz”, reiteró la voz de su indignación.

Fue hace unos días en una entrega de premios, así como este miércoles en el funeral de Ira de Fürstenberg, en Madrid, cuando reapareció Alfonso Díez. Unas gafas de sol tapaban el retrato que, horas después, causaban la histeria en el plató de Antena 3.

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