Conciertazo de Roberto Carlos: llena Madrid de canciones míticas y momentos inolvidables

Roberto Carlos derrochó nostalgia, romanticismo, emoción y muchas flores en su paso por Madrid, en el Wizink. No pisaba la capital desde 2019 y anoche congregó a más de 10.000 personas en una cita inolvidable para sus fieles. Fue el único concierto en España dentro de su gira europea.

Apareció con “su banda”, impresionante, con diez minutos de retraso. Elegante, impoluto, con un traje blanco, fiel a su estilo. “Qué gusto estar en Madrid después de este tiempo. Qué maravilla. Gracias por este cariño que recibo de ustedes. Gracias por haber venido y estar aquí. Más que hablar, me gusta cantar lo que siento y pienso”. Y eso hizo cantar…

Empezó su repertorio con ‘Emociones’, ‘Qué será de ti’, ‘Cama e mesa’, ‘Detalles’, ‘Desahogo’ y llegó ‘Lady Laura’, una de sus canciones más exitosas, uno de los momentos de la noche, cuando todos, desde sus asientos, cantaron con él.

“Yo he hablado casi siempre del amor. Un día llegué a la conclusión de que me faltaba algo por decir. Faltaba hablar de Sexo. Pensé: ‘¿Pero como voy a hablar de sexo, que van a pensar de mí en el barrio donde vivo?’. Me preguntaron las tres cosas que más me gustan: la segundo es el sexo, la primera el sexo con amor y la tercera un buen helado, de fresa, de lo que sea. Esas cosas son perfectas. Me atreví un día y dije yo te propongo…”. Y así empezó la melodía que enamoró a todos y le siguió ‘Cóncavo y convexo’ y ‘Calhambeque’ (“El primer paso siempre es el más difícil. El segundo fue más fácil: nuestro amor es así…”

El gato

“Estuve en el festival de San Remo en 1968, la canción no era favorita (‘Canzone per te’) y ganamos el festival. Fui invitado en 1972, era favorito (‘Un Gato Nel Blu’) y no gané. Pero tuve mucho éxito con esta canción en Europa. No tuve éxito en Brasil porque nunca había visto un gato azul, pero en Europa sí y España también”. Y con los acordes el Wizink estalló: “El gato que está triste y azul, nunca se olvida que fuiste mía, mas sé que sabrá de mi sufrir, porque en mis ojos una lágrima hay…”.

Y la noche fue consumiendo minutos, canción tras canción. ‘La Distancia’, ‘Ese tipo soy yo’, el bolero ‘el día que me quieras’, ‘Amigo’, canción inolvidable o ‘Jesucristo’. La última, la que coreó cada rincón del Wizink, con la que pidió al público que se acercara al escenario, con la que repartió rosas rojas y blancas para casi todos… Y así se marchó de Madrid, sin bises, sin ‘Un millón de amigos’ que todos echamos de menos, pero con el cariño de Madrid. A sus 83 años Roberto Carlos sigue conservando su magia y en Madrid siempre tendrá un lugar al que volver…

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