Carlos Sobera, sobre el ictus que sufrió su mujer: “Era muy serio”

Podría decirse que con el libro bajo el brazo y su historia por bandera acudió Carlos Sobera al plató de TardeAR: el presentador de televisión se abrió en canal a través de una entrevista con motivo de la presentación de su nuevo libro, A contracorriente, que es, en realidad, una autobiografía. Entre las páginas de este trabajo se encuentran los recuerdos de su etapa como estudiante de Derecho y sus vivencias como notario, todas parte de esa vida que solía vivir Sobera antes de entrar de lleno en el mundo de los concursos.

De todos los episodios que ha traído al presente ha habido uno que ha hecho contener la respiración a todos los presentes; junto a Ana Rosa Quintana ha rememorado los días oscuros y difíciles que afrontó tras enterarse de que su mujer, Patricia Santamarina, estaba cerca de perder la vida por un ictus.

“Sufrió un derrame cerebral a pesar de ser muy joven, en el año 2019, y la verdad es que las primeras 48 horas fueron terribles”, inició Sobera el duro relato, haciendo énfasis después en los puntos donde se situaba la gravedad de lo acontecido: “El diagnóstico era muy serio, donde cabía la posibilidad o de que muriera o de que, si conservaba la vida, no quedara bien. Es decir, que tuviera secuelas importantes”.

“No me cabía en la cabeza”

Cuando el ser humano se encuentra una situación límite suele extraer alguna valiosa lección que jamás hubiera querido aprender de esa forma. “Me di cuenta no solo de lo mucho que la quería, sino de lo egoísta que era yo porque pensé cómo se muera mi mujer, qué va a ser de mí”, confesó, revelando, acto seguido, el pensamiento que se erigió en la a veces cruel imaginación como el mayor de sus temores: “No me cabía en la cabeza y pensaba en mis hijas y me entrada una cosa tremenda”.

Acabó pasando y quedó en un mal susto. “Misteriosamente, tuvo un cavernoma, que fue lo que le provocó el sangrado masivo, recé mucho”, afirma. De aquello ha pasado ya un lustro. El escenario hoy en muy diferente. “Ella ahora está muy bien. La tomo el pelo cuando se olvida de algo y le digo ‘claro, como tuviste un derrame’”, dice, mostrando la importancia de la risa ante la bruma: “Tiene un sentido del humor bárbaro. Nos queremos mucho. Ella es muy positiva y frente a la enfermedad es muy importante para superarlo”.

Los recuerdos se amontonan en las páginas del nuevo libro de Sobera con el misterio que sólo quien ve el paso del tiempo acierta a formular, aunque nunca a responder: por qué ocurren las cosas. La recuperación de Santamarina fue, a ojos del televisivo, “un misterio y un milagro”.

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