Así ha sido el encuentro de la Reina Letizia y Michael Douglas en Mallorca

La pasión que Michael Douglas, aquel actor que a finales de los ochenta se asentase como figura principal de un Hollywood en ebullición artística, siente por Mallorca no es ningún secreto. Hace escasos días fue viral la imagen del veterano intérprete celebrando en las calles de Valldemossa el gent gran, una fiesta popular de la ínsula en la que se rinde homenaje a las personas mayores. Douglas, que cumplirá 80 el próximo 25 de septiembre, creyó adecuado adelantar la fiesta al mes de julio.

Siguen volando los días del verano, sigue Douglas en Baleares. Su última aparición ha sido este domingo en el Atlántida Mallorca Film Fest, donde ha recibido el premio Masters of Cinema de manos de la Reina Letizia y como parte de la jornada de clausura del citado evento. El posado de ambos ha llamado la atención de numerosas cabeceras por la singularidad del momento y la buena química que ambos han mostrado en el terreno personal y en la defensa del séptimo arte.

Una gala muy especial

Doña Letizia acudió al lugar acompañada del productor Jaume Ripoll, la presidenta de Baleares, Marga Prohens, y la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz. Se unieron a Douglas para posar en un photocall que el norteamericano aprovechó para reiterar el amor que siente por este rincón del Mediterráneo. “Mallorca es mi segunda casa, me transmite paz, es otro mundo”, decía.

Tras esta primera puesta en escena inició la gala, cuyos primeros compases estuvieron marcados por la melodía que el pianista James Rhodes inyectó suavemente en el oído de los presentes. “He elegido esta pieza porque es una manera muy bonita de calmarnos un poquito. Vivimos en un mundo con tanto ruido que es muy difícil mirar hacia adentro”, explicaba, añadiendo después, en una de esas pausas que los músicos hacen entre las piezas para detallar los motivos de la elección, que le “parecería una blasfemia estar en Mallorca y no tocar una pieza de Chopin, uno de sus nocturnos”. Por ello, por la gente que viene de fuera y quiere esta tierra, también se la dedicaba a “Michael Fucking Douglas”.

Después llegó el turno de Ripoll, quien destacó la importancia del festival y el crecimiento exponencial que ha vivido en los últimos años y la posibilidad de que, por falta del apoyo que precisa un evento de esta índole y magnitud, deje de realizarse en la ínsula donde nació. “Este año casi hemos caído”, advirtió.

Y fue tras estas palabras cuando, por fin, Douglas subió al escenario. La Misericòrdia estalló en aplausos y Letizia, con el público entregado, entregó el galardón —que tiene forma de posidonia— al intérprete, quien destacó las más de tres décadas (34 años, dijo) que lleva sintiendo la isla como una extensión de su hogar. Jamás lo ha ocultado.

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