LITERATURA

Así es el libro autobiográfico de Matthew Perry: ‘Amigos, amantes y aquello tan terrible’

En sus memorias coloca al lector detrás de las bambalinas de ‘Friends’ para exponer las adicciones que tuvo en el pasado y enviar un mensaje de esperanza.

La noticia de la muerte de Matthew Perry ha contraído la respiración del mundo. El intérprete, cuya fama se escribió bajo el papel de Chandler Bing en Friends, el oficinista sarcásticamente irascible y la tímida pero romántica pareja de Monica Geller, ha fallecido a los 54 años. Su marcha ha vestido de luto a varias generaciones que quedaron prendadas con la singular gracia de su personaje en la mítica serie. Un carisma único que empleó, también, en revelar qué había detrás de las paredes de aquel set. Y de sí mismo.

Lo hizo en Amigos, amantes y aquello tan terrible. Su biografía se publicó en octubre de 2022 de la mano de Contraluz y en ella el actor comparte con el lector la persona que lleva dentro. Se expone y se ofrece a sí mismo. Nada más puro que confesar las íntimas pesquisas del amor que perdió, de sus días más aciagos bajo la sombra de la droga y los más felices en compañía de aquellos que, pasada la cincuentena, reflexiona, han sido siempre sus amigos.

Un descenso nada dantesco

Se trata de una obra diferente que casi funciona como guía para adentrarse en otro mundo. Es un libro que no tiene problema alguno en advertir la sonrisa que a uno le brilla cuando el Sol luce más cómplice que de costumbre, pero que, sobre todo, absorbe una oscura y original vitalidad al adentrarse en las etapas más difíciles para el actor. En este segundo escenario, la voz de Perry podría entenderse como una suerte de Virgilio en la Divina Comedia: un guía en un Infierno que no es dantesco sino hollywoodiense. En su peor momento llegó a pesar 58 kilos y tomar 55 pastillas de Vicodin al día.

Ese viaje que hace a sus adentros, como si utilizase la introspección para difundir un mensaje sanador para sí mismo, es una historia magnífica por el componente clásico que alberga. Al final de esos malos episodios llega una luz que no es otra que la cotidianidad vista desde otro prisma. “Quería compartirlo cuando estuviera a salvo de volver a entrar en el lado oscuro de todo”, dice en una de sus páginas.

El libro transporta al lector detrás de las bambalinas de Friends al mismo tiempo que se purga por sus viejas adicciones. Lo hace de forma sincera, con tintes humorísticos y la ironía que goza aquel que sabe en qué momento pueden torcerse las cosas por un exceso de volantazos. A fin de cuentas, es la historia de una lucha. El envite entre él mismo contra sí mismo en el ring de la drogodependencia, abrochándose los guantes que posee al tener todo lo que uno quiere desear y sobreviviendo ronda tras ronda a una enfermedad.

El apoyo de sus compañeros de Friends

Tal y como el propio actor confesó a People, una de las razones por las que se desangraba en tinta para la creación de estas memorias era ayudar a aquellos que están en una situación similar. “Digo en el libro que, si hubiera muerto, -algo que estuvo a punto de suceder-, impactaría a la gente, pero no sorprendería a nadie. Y vivir con eso da mucho miedo. Así que espero que la gente se identifique con eso y sepa que esta enfermedad ataca a todos”, explicaba entonces. Por ello, la -en momentos- desternillante e ingeniosa expedición por su averno interior es, al mismo tiempo, un mensaje de esperanza, de persistencia y de fortaleza.

“No importa si tienes éxito o no, a la enfermedad no le importa”, dice en la obra. Antes de saltar al estrellato, cuando con 24 años comenzó a rodar Friends, ya era alcohólico. “Podía manejarlo, más o menos. Pero a los 34 años, ya estaba metido en un montón de problemas”, explica, revelando que sus compañeros de elenco tuvieron con él una paciencia divina. De esas que sólo aportan las verdaderas amistades.

“Fueron como pingüinos. Cuando un pingüino está enfermo, los otros pingüinos lo rodean y le ayudan a enderezarse, caminan a su alrededor hasta que puede caminar por sí mismo. Eso es lo que hizo el reparto de Friends por mí”, dijo. Su viaje detrás del set neoyorquino y tras el escaparate de Central Perk es, por encima de todo, una botella de cristal lanzada al océano con un mensaje de humanidad en su interior. Y las olas que la mueven.

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