Andrea Bueno desvela los entresijos de ‘La isla de las tentaciones’

‘La isla de las tentaciones’ es, a día de hoy, el programa más exitoso de Mediaset. El espacio que conduce Sandra Barneda logra cada miércoles excelentes datos de audiencia muy por encima de la media diaria de la cadena. Las tramas protagonizadas por Zayra, Álex, Marieta, David y compañía enganchan a muchos usuarios, no solo en la pequeña pantalla sino también en redes sociales donde los concursantes acumulan miles de seguidores.

Andrea Bueno, que abandonó la experiencia a los pocos días al no poder con la presión del programa, cuenta con más de 167.000 fans en Instagram; plataforma en la que es muy activa y donde suele tener un contacto muy directo con su comunidad. En una de sus últimas rondas de preguntas y respuestas, la malagueña, de 18 años, desvela uno de los entresijos del formato que más interés genera entre el público.

“¿Se puede fumar en ‘La isla de las tentaciones’?”, le pregunta un seguidor. Al igual que ‘Gran Hermano’ y otros realities similares de la casa, la organización sí permite a los concursantes continuar con este hábito, aunque siempre fuera de cámara para cumplir con la actual legislación audiovisual. Bajo ningún concepto, la productora ni la cadena puede emitir imágenes donde se ve a los jóvenes con un cigarrillo en la mano.

“¿Ustedes os acordáis cuando yo decía ‘me voy a reflexionar’ y me largaba? Pues no es que me hubiera entrado un apretón, no. Es que me iba a fumetear”, revela Andrea Bueno. Tampoco está permitido que los participantes hagan alusión a la acción de fumar por lo que siempre se opta por palabras clave. En el caso de ‘Gran Hermano’, suelen referirse a ello como “me voy a la playa”.

Lo “peor” de las grabaciones

En su cuenta de TikTok, Sandra Barneda también ha respondido a otra de las cuestiones más planteadas: “¿Qué es lo peor de las grabaciones?”. La presentadora lo tiene claro: el insoportable calor que hace en República Dominicana durante esa época del año. El alto porcentaje de humedad tampoco ayuda. “Decís: ‘¡Qué maravilla de planos!’ Claro, pero eso implica que yo estoy saludando y veo a cuatro micos, muy lejos. Y me piden que vuelva a saludar... Era un mareo el hecho de estar en el sol con los chorretones que te caen”, dice la televisiva.

Los clásicos paseos de la presentadora por la playa son una auténtica tortura para ella: “Voy descalza. Me puedo hacer hasta ampollas porque la arena arde”. “Y me dicen: ‘sigue andando, sigue andando’. Porque además, no vayas por la zona que está mojadita, y además disimula y anda bien, con elegancia, que tampoco es que lo consiga mucho, pero yo lo intento...”, cuenta también.