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Adele confiesa que ha dejado el alcohol: “Lo extraño mucho”

La artista confesó a una seguidora que estuvo “al borde del alcoholismo”, pero que lleva tres meses y medio sin probar ninguna gota de alcohol.

Las Vegas fue la última parada de la gira protagonizada por Adele. Un concierto que congregó a un elenco de seguidores que disfrutaron de su elenco de letras, aunque tuvo una particularidad debido a la confesión que hizo la artista a una de sus fans. La cantante le reconoció que estuvo “al borde del alcoholismo” y aseguró que le daba mucha envidia no poder tomarse una copa de alcohol, tal y como estaba haciendo su seguidora mientras conversaba con ella. “Estoy muy celosa”, afirmó.

Adele aseguró que esta adicción le ha perseguido durante muchos años, aunque señaló que lleva tres meses y medio sin probar ninguna gota. Una tarea que está siendo difícil, dado que “lo extraña mucho”. “Dejé de beber tal vez hace como tres meses y medio. Es aburrido. Quiero decir, estuve literalmente al borde del alcoholismo durante gran parte de mis 20 años”.

La pandemia de la COVID y el posterior confinamiento fue el escenario incorrecto para que Adele se enganchase al alcohol. “Creo que eran las once de la mañana y me había bebido cuatro botellas de vino. Es que estábamos todos en casa, y yo estaba borracha todo el tiempo”. La muerte de su padre, Mark Evans, por culpa de un cáncer de intestino y su divorcio con Simon Konecki, padre de su hijo Angelo, fueron los detonantes de esta adicción que arrastraba hasta hace tan solo unos meses.

La otra adicción que superó Adele: “Más difícil que dejar de fumar”

Esta no ha sido la única dependencia que ha tenido que dejar de lado Adele. La artista confesó que dejó de tomar café, que, según ella, “fue más difícil que dejar el tabaco”. Un desenganche que le propició un síndrome de abstinencia, cambio físico o mental que aparece en el organismo cuando no recibe una sustancia a la que está acostumbrado.

“Esta semana decidí dejar de tomar café y he tenido migraña toda la semana. Tuve un dolor de cabeza terrible durante dos días porque me lo corté. Mi cabeza estaba latiendo. Era como si hubiera un taladro dentro de mi cabeza. Era mucho. Fue más difícil que dejar de fumar, más difícil que cuando quieres dejar de beber”. La artista aseguró que tomó unos 25 cafés descafeinados para engañar a su organismo.

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