Sorribes, con brillo, por primera vez a la tercera ronda
La española llega más lejos que nunca en París con un triunfo rotundo ante Martic. Le espera Rybakina. Bolsova cae ante Schmiedlova.
Seguramente más pronto de lo que ella misma esperaba, Sara Sorribes alcanzó este jueves por primera vez la tercera ronda de Roland Garros e igualó así su mejor resultado en un Grand Slam. Lo había conseguido hace dos años en el US Open y lo logró en París con un triunfo rotundo e incontestable por 6-4 y 6-1 en 1h28 ante Petra Martic, croata de 32 años y 38º del mundo.
Sorribes, de 26 años y 132ª por culpa de una lesión en el escafoides del pie derecho que la tuvo seis meses en el dique seco, se enfrentará el sábado con la moral por las nubes a una de las mejores jugadoras del circuito, la kazaja Elena Rybakina (23 años y 4ª), que venció a la checa Linda Noskova por un doble 6-3.
Sara, que compite con ranking protegido, hizo un gran partido al resto, con ocho quiebres, y solo cometió 10 errores no forzados. Así contrarrestó los problemas que tuvo con su servicio, el mayor hándicap de su tenis. También fue lo suficientemente agresiva y hábil (19 golpes ganadores) para combatir el juego de Martic, una rival, como ella, con muy buena condición física, y a la que nunca se había enfrentado hasta ahora.
“Estoy sorprendida con la forma en la que he conseguido manejar las emociones y con la que he conseguido jugar todo el partido completo”, dice Sara, emocionada. “Esto es una maravilla, es que no me lo creo, piel de gallina total desde que he acabado, es muy guay porque a mí me encanta este deporte y tener la posibilidad de jugar muchos partidos de esta manera, de una forma que a mí me gusta, sintiéndome competitiva, es un regalo para mí”, añade.
Bolsova no puede con Schmiedlova
Aliona Bolsova no pudo acompañar a Sorribes hasta la tercera ronda. La española de 25 años y 131ª cayó en dos sets (6-3 y 6-4 en 1h44) contra Anna Karolina Schmiedlova, eslovaca de 28 y 100ª. Bolsova, que llegó a octavos en 2019, peleó bien, pero perdió en cinco ocasiones su servicio ante una jugadora muy constante y con más pegada que ella. Una pena, porque la había ganado dos veces, la última este mismo año en la previa de Mérida (México).