Sorribes cede ante Riske y Párrizas, contra una rival lesionada
La castellonense desperdició una ventaja de 5-2 en el segundo set contra la estadounidense. La granadina se dejó remontar por Martincova, que jugó coja un set y medio.
Sara Sorribes no pudo superar este lunes el complicado inicio que le deparó el sorteo del cuadro femenino del WTA 1.000 de Cincinnati ante Alison Riske-Amritraj. La castellonense tuvo cerca la posibilidad de forzar un tercer set, pero desperdició una ventaja de 5-2 en la segunda manga antes de ceder por 6-1 y 7-6 (2) en dos horas y dos minutos.
Sorribes no se había enfrentado nunca a la estadounidense de 32 años y 29ª del mundo, una tenista un tanto irregular, pero peligrosa cuando juega centrada, aunque solo ha ganado tres torneos en su carrera y ha perdido otras 10 finales. El hundimiento de Sara cuando tenía cerca la posibilidad de nivelar el partido fue total. Del 5-2 al 6-6 con un parcial de 4-0 antes del desempate, tras no hacer bueno un saque con 5-4 para llevarse la manga. Riske podría enfrentarse en la segunda ronda a su compatriota Coco Gauff, si esta vence a la checa Marie Bouzkova.
Duro golpe para Párrizas
La derrota de Nuria Párrizas en la primera ronda de Cincinnati, un torneo en el que debutaba, es de las que escuece y puede dejar huella. La granadina, de 30 años y 62ª del mundo, sucumbió ante Tereza Martincova, checa de 27 y 71ª, que jugó un set y medio lesionada para ganar por 6-7 (4), 6-4 y 6-3 en un partido con tintes surrealistas que duró 2h42. Párrizas, que había ganado el primer duelo entre ambas en 2018, parecía en control del partido después de un primer set bastante ordenado que se resolvió en el desempate después de que cada una se apuntara un quiebre. Pero la segunda manga fue una locura. Empezó sacando la española, que mantuvo su servicio, y la checa hizo lo mismo después. Pero a partir de ahí, llegó una sucesión de breaks que la benefició, pese a haber tenido que pedir antes un tiempo muerto médico para ser tratada de su maltrecha pierna izquierda.
La tercera manga fue por parecidos derroteros, y la dolencia Martincova, que es posible que no pueda jugar en segunda ronda contra Anett Kontaveit, fue a peor. Nuria solo tenía que moverla de lado a lado, y lo intentó, pero falló muchísimo, y así le fue imposible evitar que le metieran el gol de cojo. Tereza lloró amargamente en el último descanso, porque empezó a dolerle también el glúteo, pero se agarró con bravura a la pista para salir victoriosa, dar un ejemplo de entereza y ganas de estrenar su casillero de victorias en el torneo y, de paso, avergonzar a su oponente.