La especial particularidad que el Masters 1000 de Cincinnati comparte con los Grand Slam
El torneo estadounidense es el único de su categoría que cuenta con cuatro estadios permanentes. Un detalle poco conocido que lo convierte en una rareza dentro del circuito ATP.
En el circuito ATP, los torneos Masters 1000 marcan el ritmo de la temporada. Son nueve, están repartidos por todo el mundo y reúnen a los mejores del ranking casi al nivel de los Grand Slam. Pero entre todos ellos, hay uno que destaca por un detalle muy concreto, casi técnico, pero que dice mucho de su historia: el Masters 1000 de Cincinnati es el único que cuenta con más de dos estadios permanentes.
Mientras que en la mayoría de los Masters se construyen gradas temporales o se aprovechan infraestructuras multiuso, el Western & Southern Open, que se celebra cada agosto en el Lindner Family Tennis Center (Ohio), dispone de cuatro pistas principales con gradas fijas durante todo el año. Estos estadios son el Center Court, el Grandstand Court, la Court 3 y la Court 10.
Este detalle lo convierte en una especie de excepción dentro del circuito. Solo los torneos del Grand Slam, Australian Open, Roland Garros, Wimbledon y US Open, cuentan con complejos similares en tamaño y permanencia. Es decir, en cuanto a estructura Cincinnati juega en una liga superior a la del resto de Masters 1000, y no muy lejos de la de los grandes.
Además, este nivel de instalaciones no es casualidad. Cincinnati es el torneo profesional más antiguo que se disputa aún en su sede original, con raíces que se remontan a 1899. Desde entonces ha crecido tanto en relevancia como en infraestructura, consolidándose como una de las citas clave de la gira norteamericana de pista dura, justo antes del US Open.
Más que un torneo de preparación
Aunque oficialmente no forma parte de los cuatro grandes, muchos jugadores consideran Cincinnati como una prueba general ideal antes del US Open. La superficie, las condiciones climáticas y ahora también el entorno organizativo, son muy similares a lo que se encontrarán dos semanas después en Nueva York.
Además, tener varios estadios permanentes permite repartir mejor los partidos, ofrecer mejores condiciones a los jugadores en rondas tempranas. La sensación es la de estar en un torneo más grande de lo que marca la categoría.
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En un calendario donde la mayoría de los torneos se parecen en su formato, Cincinnati ha sabido diferenciarse por lo que ofrece fuera de la pista: infraestructura, tradición y ambiente Slam. Un Masters 1000 con alma de grande.
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