Djokovic cae eliminado por Nardi, 123º del mundo
El italiano Luca Nardi, lucky loser y 123º del ranking ATP, da la campanada y elimina a un Djokovic muy gris, que sufre la peor derrota de su vida en grandes torneos.
En su dilatada y exitosa carrera, Novak Djokovic suma 911 partidos entre Grand Slams y Masters 1.000. Y, atendiendo al ranking mundial, el serbio sufrió la pasada madrugada la peor derrota de su carrera en grandes torneos: fue superado en la tercera ronda de Indian Wells por el italiano Luca Nardi, de 20 años y 123º de la clasificación de la ATP, que firmó un soberbio encuentro para sorprender al número uno del mundo por 6-4, 3-6 y 6-3 en 2h22. Para más inri, Nardi entró al cuadro final en el desierto de California como lucky loser, repescado tras caer en la previa, siendo únicamente la segunda vez en la carrera de Nole en la que le gana un jugador de esta condición (Sonego en Viena 2020 fue el primero), y la tercera vez en la historia en la que un repescado bate al número uno mundial en un Masters 1.000 (Cañas en Indian Wells 2007 y Coric en Madrid 202). El de Belgrado, muy apagado durante todo el partido, se despide antes de tiempo, otra vez, de un torneo que no conquista desde 2016.
Hasta ayer, la derrota que Djokovic sufrió en Miami 2008, frente a un Kevin Anderson que por aquel entonces era 122º mundial, era la peor por ranking en su vida en grandes torneos. Y, por sexta vez en la historia de los Masters 1.000 (creados en 1990), un jugador de fuera del top-100 batió al número uno. Nardi se encargó con maestría de desafiar a la lógica, y acabó ganando a Djokovic simple y llanamente porque fue mejor que el serbio. El italiano, de la quinta de Carlos Alcaraz, no se achantó en ningún momento y jugó de tú a tú, sorprendiendo con su desparpajo en los momentos calientes y desquiciando al campeón de 24 Grand Slams. Se le atraganta el país transalpino a Novak, pues cinco de sus últimas nueve derrotas han sido ante tenistas italianos (tres contra Sinner, una frente a Musetti y, ahora, Nardi). De hecho, el balance de Djokovic desde el inicio de 2023 es de 62-5 con jugadores no italianos, y de 2-5 ante representantes del país mediterráneo que añade ahora a Nardi, quien hace una semana perdió ante David Goffin en la segunda ronda de la fase previa del evento californiano y que fue repescado por el abandono prematuro de Tomás Etcheverry, a una camada repleta de talento joven.
Pronto se vio que Nole, que sumaba 24 triunfos consecutivos ante rivales de fuera del top-50 en Masters 1.000 (su última derrota fue frente a Taro Daniel, 109º, en Indian Wells 2018), no estaba ante su mejor día, pero es que el serbio acostumbra a sacar adelante estas situaciones semana tras semana. Ya se le vio un tenis bastante gris en su estreno ante Vukic, aunque se podía achacar a que llevaba casi dos meses sin competir. Anoche, el balcánico fue a peor ante un rival con un inmenso temple, impropio para alguien de su estatus en el circuito, y Nardi aprovechó los inusuales fallos de Djokovic (cometió 12 errores no forzados en el primer set). Espeso con la derecha, sin acierto al resto, incómodo con las fuertes rachas de viento y poco móvil, Novak permitió que Nardi echase el lazo a la manga inicial sin haber tenido que defender ni una sola bola de break. Con el rostro algo desencajado, solicitó a su box una pastilla y se marchó al vestuario para redefinir la estrategia ante un jugador que le estaba sacando de su zona de confort.
El break de la discordia
Hasta ahí el guion podía ser uno más de los muchos que han tenido la remontada de Djokovic como desenlace. Más todavía cuando rompió el servicio de Nardi a la primera de cambio en el segundo set. Y el serbio añadió otro componente con el que le suele gustar contar, el de una polémica que provoca en él una rabia avasalladora: el italiano le devolvió el quiebre de inmediato con un punto de lo más rocambolesco, en el que restó desganado al pensar que el saque de Novak no había entrado. El de Belgrado hizo una dejada y se paró pensando que el punto se había detenido, pero Nardi llegó y se adjudicó el break. Djokovic empleó aquel descanso en discutir con el juez de silla, alegando que el punto se tenía que repetir porque se había parado, pero las normas son las normas y no hay ninguna regla que especifique cómo se tiene que restar un saque, si desganado o no. Al finalizar el partido, Nole le recordó en la cinta a su oponente lo sucedido diciéndole en italiano “non era giusto” (”no era justo”), aunque le felicitó con un “bravo” mientras Nardi se disculpaba por aquel punto.
El incidente fue seguido por los mejores momentos del partido para Djokovic, que fueron escasos pero que bastaron para igualar la contienda. Además, coincidió con el Nardi más tenso, que llegó a dar la sensación de estar tocado físicamente. El italiano falló lo que no estaba fallando, y entregó al serbio una nueva rotura que Nole casi ni celebró, consciente de que había sido más por demérito de su adversario que por su propio buen hacer. Pese a ello, el número uno del mundo estabilizó su juego y se apuntó el segundo set, aunque el italiano no había dicho la última palabra. Nardi, lejos de venirse abajo, como suele pasar cuando un jugador de la talla de Djokovic se agiganta, tomó la decisión de disputar el parcial definitivo sin miedo alguno, disfrutando sobre la pista y atreviéndose a hacer todo lo que se pasase por la cabeza.
Así, con puntos maravillosos, buscando los ángulos y encontrando las líneas, no es una exageración afirmar que llegó a dominar a Djokovic durante el tercer set. En su primer juego al saque, el serbio salvó tres bolas de break y tardó más de 10 minutos en salir con vida. No corrió la misma suerte poco más tarde, cuando Nardi se anotó un quiebre que resultó definitivo. Completamente desconectado al resto, rara avis en el balcánico, Nole sólo ganó siete puntos bajo el servicio del 123º mundial (con este triunfo sube al puesto 95) en el set definitivo. Por ponerle un pero al excelso partido de Nardi, siete dobles faltas pudieron salirle muy caras. Pero ni con ello pudo Djokovic, que llevaba 11 triunfos seguidos en Masters 1.000, evitar el mayor batacazo de su vida en grandes torneos. De vuelta en Indian Wells, donde no competía desde 2019, ya son cuatro participaciones consecutivas en las que el quíntuple ganador en el Tennis Garden no pisa los cuartos de final. Esta última, con una sorpresa de época.
“Es un milagro, antes de esta noche nadie me conocía”
Todavía asimilando el haber batido a su ídolo, Luca Nardi habló sobre la pista central del Indian Wells Tennis Garden. “Creo que antes de esta noche nadie me conocía. Espero que el público haya disfrutado del partido. Estoy superfeliz con esta victoria. No lo sé, no sé cómo he hecho para mantener la calma. Creo que esto es un milagro. Soy un chico de 20 años que ocupa el puesto 100 en el mundo y que ha vencido a Novak. Es una locura”, dijo el italiano, que hace tan solo un mes había perdido en el Challenger de Bengaluru frente al indio Ramkumar Ramanathan, 462º del mundo. “Ver a Jannik (Sinner) ganar todos los partidos sin duda me impulsó a ser mejor. No esperaba ganar hoy. Pero siempre trato de hacer lo mejor que puedo en los entrenamientos. Esto sucedió y estoy muy feliz”, añadió.
La siguiente parada de Nardi, por primera vez en los octavos de final de un Masters 1.000, será el estadounidense Tommy Paul, 17º favorito, que se deshizo del francés Ugo Humbert, 14º cabeza de serie, por un doble 6-4 en 1h29. Otro local, Taylor Fritz, 12º, cortó la racha de 10 triunfos consecutivos del argentino Sebastián Báez (doble 6-2 en 69 minutos) y se medirá en la cuarta ronda con el danés Holger Rune, 7º, que liquidó al italiano Lorenzo Musetti por 6-2 y 7-6(5) en 1h39. Además, el francés Gael Monfils, a sus 37 años, sorprendió al británico Cameron Norrie, campeón del torneo en 2021, al que superó por 6-7(5), 7-6(5) y 6-3 en 3h14 para emplazarse con el noruego Casper Ruud, 9º cabeza de serie, que ganó al francés Arthur Fils por 6-2 y 6-4 en 1h16. A última hora, el ruso Daniil Medvedev, 4º favorito, necesitó del tercer set para deshacerse del norteamericano Seb Korda (6-4, 5-7 y 6-3 en 2h32), y su oponente en octavos de final será el búlgaro Grigor Dimitrov, verdugo del francés Adrian Mannarino por un doble 6-3 en 1h21.