TENIS | CARLOS MOYÁ

Los detalles del regreso de Nadal: “Una vez abrieron y vieron lo que había, era más delicado...”

El técnico del español, Carlos Moyá, explica en la ATP cómo han sido los últimos meses. “Rafa sale convencido de que puede ser competitivo”, dice sobre Kuwait.

@rafaelnadal

Rafa Nadal se operó el 2 de junio. Se sometió a una intervención por artroscopia para revisar la lesión del psoas izquierdo que le apartó de la competición y para regularizar el lábrum de su cadera izquierda, en el que arrastraba antiguas molestias. El paso por el quirófano se complicó más de lo previsto. Tras él, mientras estaba de vacaciones, estuvo un mes y medio de recuperación. A finales de agosto, empezó a entrenar muy suave, dos días a la semana durante veinte minutos. En constante contacto con los médicos, la intensidad fue aumentando con el paso de las sesiones, aunque de forma conservadora. Hasta la pasada semana, en la que el ganador de 22 Grand Slams estuvo entrenando en Kuwait “a un nivel altísimo”, tal y como reveló Ivan Ljubicic tras una conversación con Arthur Fils, que ejerció de sparring.

Los detalles de estos últimos meses en la vida de Nadal han sido revelados por su entrenador, Carlos Moyá, en una entrevista para la página oficial de la ATP. “Una vez abrieron y vieron lo que había, era más delicado de lo que se pensaba en un principio. Mira que se hizo pruebas y resonancias… parece que no se vio bien lo que tenía y el tiempo de recuperación ha sido más largo de lo esperado”, dice remontándose al momento de la operación. “Ahora está prácticamente preparado para poder ir a Australia a intentarlo. Evidentemente, sabe que ahora mismo todavía no está a su mejor nivel, pero que poco a poco lo va a ir adquiriendo. Estos días en Kuwait hemos entrenado con Fils, y la verdad que muy bien, mucho mejor de lo que él se podía esperar. Rafa llegó allí pensando que no iba a ser competitivo, que no iba a estar a la altura y sale convencido de que puede ser que sí”, desarrolla situándose ya en los últimos días.

Hasta las buenas sensaciones en Kuwait, el camino ha sido largo y duro. “¿Ha habido algún momento durante todo el proceso en el que usted haya pensado que no volvería?”, se le pregunta a Moyá. “Sí”, responde contundentemente. “Cuando empezamos y llevamos un mes y medio o dos jugando, y vemos que la progresión es muy lenta… No ha sido un camino de rosas, ni mucho menos. Ha sido un camino bastante virado y tortuoso, con muchas curvas. La vida útil de un deportista de élite tiene su fecha de caducidad y él se va acercando a ella. Uno nunca es consciente de cuándo es ese momento, pocas veces lo es. Y creo que en ese aspecto todos hemos tenido nuestras dudas de que pudiera llegar a ir a Australia, y él era el primero. Yo las he tenido en cierta parte del proceso, en ciertas etapas. He tenido la sensación de que podía ser el final, sin tener la opción de volver a jugar. Ha sido el momento más complicado que he vivido con él”, desgrana con sinceridad.

Competitividad, Roland Garros y futuro

Nadal no juega un partido, justamente, desde el pasado Open de Australia, cuando perdió contra Mackenzie McDonald lastrado por sus problemas. Después de un año sin pisar las pistas de forma oficial, lo que más preocupa a Moyá es la asimilación de las cargas de los partidos que pueda tener el cuerpo de Rafa. Pasar de entrenar a competir. “Es imposible tener las mismas condiciones en un entreno que en un partido. Jugar al mejor de cinco sets, ganar, descansar, volver a la pista a los dos días… Esa es la duda que tengo ahora mismo, sobre todo para un Grand Slam. Pero tenemos tiempo. Si empezara mañana el Abierto de Australia, sería un miedo real. Falta todavía un mes, un torneo antes en Brisbane, entrenos exigentes… Todo eso creo que le va a poner en condición de poder aguantarlo”, desarrolla en ese sentido.

En 2024, Roland Garros seguirá siendo uno de los objetivos principales para Nadal. “Siempre ha sido su torneo fetiche y en este caso no cambia nada. También está claro que faltan seis meses, hay que ver cómo llega, hay que ver los partidos que ha jugado, su nivel, su competitividad. Hay muchas incógnitas que el tiempo van a ir despejando”, dice Moyá, que, como Rafa, tampoco cierra las puertas a que la carrera del español pueda seguir más allá de la próxima temporada. “Él no se quiere cerrar la puerta. Si todo va bien, y aguanta, ¿por qué no seguir? Si disfruta, se lo pasa bien y es lo que le gusta hacer, ¿por qué no? Pero hay demasiadas incógnitas ahora mismo como para decir dónde vamos a estar dentro de un año”, completa. De momento, Nadal se encuentra en Mallorca antes de viajar a Brisbane (el torneo es del 31 de diciembre al 7 de enero), donde se consumará su regreso.

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