Gijón Open: el vértice de la pirámide de torneos de la RFET

El modelo del tenis español lleva décadas siendo reconocido por sus éxitos desde los años 80 del siglo pasado, la edad de oro que iniciaron Arantxa Sánchez Vicario, Conchita Martínez y Sergi Bruguera, que continuaron otros muchos hasta la irrupción de Nadal y que amenaza con perpetuarse con Carlos Alcaraz. El talento natural, sumado a la red de clubes, entrenadores y demás profesionales creó escuela, pero faltaba un pilar básico para que la estructura se consolidara: los torneos.

En 2016, la Federación Española (RFET) organizaba 62 de nivel internacional, por lo que muchos jugadores se veían obligados a “buscarse la vida fuera, con un elevado coste económico, en algunos casos inasumible”, como explica Javier Soler, director deportivo.

Ese año, Miguel Díaz asumió la presidencia y empezó el cambio necesario. El resultado es que España es ahora una de las principales potencias mundiales en cuanto a número de eventos. En 2022, la RFET ha organizado 132, con el nuevo ATP 250 de Gijón como bandera y vértice de una pirámide que tiene una base muy sólida. “Para nosotros, es un sueño cumplido, porque en más de 100 de historia, la Federación jamás pudo organizar un torneo como este. Espero que podamos mantenerlo al menos tres o cuatro años. Es la guinda del pastel”, explica a AS Díaz, orgulloso del sistema que ha propiciado el fortalecimiento de la Armada en el mundo del tenis, imitado, como ejemplo más paradigmático, por Italia.

Y es que no hay ningún país que tenga más torneos en el circuito juvenil (desde Sub-12 a la Sub-16), con 25, ni en el júnior (Sub-18), con 24. A nivel profesional, hay 35 masculinos y 32 femeninos en el ITF World Tennis Tour, con dotaciones de hasta 100.000 euros. En cuanto a Challengers, España cuenta con 13 ATP y dos WTA, competiciones que retransmite Eurosport por mediación de la RFET.

La importancia de los Challengers

“Un chaval puede dar sus primeros pasos, competir y luchar por ser profesional casi sin salir al extranjero. Hay que agradecerlo también a los clubes, que hacen una inversión importante para que la pirámide sea posible”, dice el presidente, que argumenta la conveniencia de tener competiciones “en casa”. “Bautista y Carreño me han dicho lo importante que es para ellos. Cuando llegué al cargo, solo teníamos dos Challengers. Su aumento lo han aprovechado chicos que ahora están en el Top-100 gracias a eso: Davidovich, Alcaraz, Martínez, Munar, Zapata… No tenemos un gran presupuesto, pero sí muchos tenistas arriba, y eso es dificilísimo, no es normal y, a veces, no se valora”.

Gijón, con una inversión que ronda los dos millones de euros y no busca rentabilidad económica sino deportiva y de prestigio, aspira a mantenerse en el calendario. Así lo desea Díaz: “Nos gustaría poder comprar la semana, aunque eso es difícil por disponibilidad y porque cuesta cinco o seis millones. Sabemos que los jugadores y el Ayuntamiento nos echarían una mano. Es una ilusión que esperamos cumplir”.