TENIS | BADOSA

Badosa: “No sé por qué la gente me odia”

La española concedió una entrevista a Modern Health y la WTA en la que analizó los problemas mentales que ha pasado y cómo lucha contra ellos.

Paula Badosa es la protagonista de la cuarta entrega de la serie de entrevistas ‘The Real Me’ que han puesto en marca la WTA y Modern Health para dar más visibilidad a los problemas de salud mental en el mundo del tenis femenino. La tenista española, de 24 años y actual número 4 del ranking WTA, no tuvo reparos en hablar de la depresión que vivió en el inicio de su carrera y también de la relación con los ‘haters’ críticos con sus resultados en las redes sociales, un tema que le ha sorprendido cuanto menos en estos últimos meses.

Presión cuando era junior: “Tuve la suerte de ganar un Grand Slam junior, pero después de eso para mí fue una locura, porque me estaban comparando como la nueva Maria Sharapova. Era muy joven y no estaba preparada para escuchar todo eso. Para mí fue demasiado grande, muchas expectativas, mucha presión, mucha gente viéndome sin importar dónde jugara... Que la gente esperase que ganara cada partido fue demasiado para mí y fue un momento muy complicado que tuve que afrontar”.

Cómo afrontó su depresión: “Recuerdo que hace unos años tuve una depresión y ansiedad, por lo que ya he lidiado con temas de salud mental. Fue porque mi cabeza no estaba preparada para escuchar todas esas cosas y aún no era lo suficientemente madura para saber como afrontarlo con esa emoción del momento. Me vi superada durante dos o tres años, fueron muy duros para mí, no podía avanzar en el ranking y perdía muchos partidos. Era muy difícil mantener una rutina diaria porque me sentía muy mal y además tenía que afrontar lesiones. Cuando afrontas problemas mentales, tu cuerpo tampoco se siente bien. Pasaron los meses y no me sentía mejor y era difícil para mí hacer cosas normales en mi vida, como salir con mis amigos, ir al cine o salir de compras, sino que prefería quedarme sola en casa, siendo crítica conmigo misma y sin encontrar una forma de dejar esto atrás”.

La ayuda de los psicólogos: “Para mí todo en la vida son procesos y eso fue uno de ellos, y también bastante largo. Empecé a trabajar con un psicólogo y con gente para tratar mi salud mental. Me ayudaron muchísimo y creo que eso es lo primero que tienes que hacer cuando te sientes así. Cambié mi equipo por completo, fue un gran paso para mí. Mi prioridad siempre ha sido estar con buena gente a mi alrededor y sentir su apoyo y el de mi familia, porque en el tenis te sientes muy sola. Cuando te sientes mal o sola sueles tomar malas decisiones, y tener gente a mi lado y sentir su amor, me hace sentir mejor. Trabajé la parte mental con un psicólogo cada día y poco a poco me fui sintiendo mejor, más feliz, tanto dentro como fuera de la pista. Dejé atrás las lesiones. Esto sucedió cuando tenía 20 o 21 años, no hace mucho, después de dos o tres años muy duros para mí”.

Cómo es su trabajo con su psicóloga: “Empecé pronto, con 17 o 18 años y, a día de hoy aún sigo trabajando con una psicóloga. Hablo con ella casi todos los días, es muy importante y ella es parte de mi equipo y de mi vida. Lo sabe todo de mí y siempre está ahí. Puede sonar divertido pero casi nunca hablamos de tenis, sino más de los temas que tengo en ese momento, más de temas personales que afronto en ese momento, de lidiar con la presión, de como me siento después de lo que he afrontado en mi vida porque ahora hay muchos ojos mirándome. Pero sobre todo hablamos de mí y no de los resultados y por eso intento que, si gano o pierdo, eso no me defina como persona. Es fácil de decir, pero es difícil de hacer porque cuando pierdes piensas que no eres lo suficientemente buena pero no solo en la pista, también fuera de ella porque todo lo que haces en tu vida es tenis y se te valora si ganas o pierdes, y quería trabajar en eso”.

Las críticas de los haters: “Es muy diferente, parece otra vida y a veces me siento mal al hablar de ello porque sé que soy una privilegiada por dónde estoy y por mi posición. Me siento muy afortunada, pero a la vez he tenido momentos duros y es muy duro para mí lidiar con ello porque cada día es distinto para mí, mucha gente me conoce y cada vez que juego ellos esperan que gane. Cada vez que salgo a la prensa y digo que puede cambiar algo hay mucha gente que habla de ello, que se vuelve viral y me siento como ‘¿Qué he dicho ahora?’ Es un proceso del que estoy intentando aprender pero está siendo duro para mí porque estoy lidiando con cosas nuevas este año y una de esas cosas que más estoy viviendo es el amor de muchos fans pero por primera vez también noté que tengo haters, y eso ha sido duro de entender para mí. No consigo entender por qué la gente me odia sin conocerme. Sigue siendo duro para mí ver a gente que no le importa juzgarte, criticarte u odiarte, y estoy lidiando con ello, pero es algo difícil de manejar. No quiero perder ningún partido, quiero que la gente me quiera y claro que miro los mensajes, pero posiblemente sea la peor decisión, porque la gente tiene su opinión, cuando pierdes no es buena y lees cosas que no te gustan y que te duelen. No sé cuál es el caso de otras jugadoras, pero en mi caso sí los leo porque me gusta saber qué piensa la gente y es una de las cosas que estoy cambiando porque no puedo cuidar todo lo que la gente dice porque no lo puedo controlar”.

Los efectos de las críticas y las redes sociales: “Aún no tengo la respuesta, porque desearía tener la respuesta perfecta para saber cómo manejarlo, pero las cosas que he hecho y en lo que he trabajado ha sido en borrarme las redes sociales hace unos meses porque era demasiado para mí lidiar con ello y porque no podía dormir, pensaba que lo que la gente me decía quizá fuera verdad o que no era una buena tenista. Ese el fue el primer paso que di hace unos meses”.

Ataques de pánico: “Era algo que ya había sentido antes durante la depresión y por eso los reconozco tan rápido. Son muy malos porque hay mucha gente viéndote, no quieres que ellos te vean y mi equipo sabe lo que está pasando y también se preocupan y no quieren que pase por esa situación. Sobre la pista mi cuerpo no responde a las pelotas que me vienen, no puedo pensar con claridad y tampoco puedo respirar, por lo que me siento muy mal, estás como atontado o agobiado y se dan todas las condiciones para que no puedas seguir. Me gustaría decir algo en ese momento que tengo un ataque de pánico, pero no puedo porque siento que la gente me juzgará y pensarán que soy débil”

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