Ferrero: "Jugar con problemas desmoraliza"

Juan Carlos Ferrero se despidió del US Open dejándose la piel (literalmente) sobre el cemento tras trece horas sobre la pista. Tras sus maratones contra Andújar y Monfils a cinco sets, ayer cedió en cuatro después de tres horas y 43 minutos frente a Janko Tipsarevic: 7-5, 6-7 (3), 7-5 y 6-2. Una despedida con honor para el español de 31 años que le va a servir para meterse entre los 60 primeros del mundo (ahora es el 105) y le sitúa en una buena posición para acabar el año más arriba, ya que no defiende puntos hasta final del curso.

El partido contra el serbio, que debe enfrentarse al vencedor del Djokovic-Dolgopolov, fue otra vez de altura. Con esa aceleración de derecha que le llevó a ser número uno del mundo en el 2003 y finalista en Nueva York. Ferrero, que arrancó el torneo con dolores en la cadera, lo siguió con ampollas y lo acabó con el abductor de su pierna derecha tocado. Tuvo que ser atendido por el fisio en la tercera manga.

"Me hice año en el primer set y seguí sufriendo", contó luego Ferrero. "El partido se me ha ido por razones físicas, lo podía haber ganado. Jugar siempre con problemas físicos desmoraliza. Ya va siendo hora jugar normal. Nunca es suficiente a pesar de haber trabajado tanto. Estoy un poco harto de la lógica, de que me digan que después de los años el cuerpo te pasa factura. Sólo quiero ponerme en forma", se quejó amargamente el de Onteniente, que tiene como próximos objetivos Pekín y Shanghai. El buen sabor de boca del torneo se lo amargó, esta vez, un maldito abductor.