Oliveira es un fuera borda

La carrera de Tailandia de MotoGP arrancó con 55 minutos de retraso, pero arrancó. Fue así por culpa de la lluvia, que arreció con fuerza durante la de Moto2 y abrió las posibilidades a los especialistas de la clase reina, entre los que se erigió como el más rápido Miguel Oliveira. El portugués fue una lancha fuera borda en agua y, como ya hiciera en Indonesia en las mismas condiciones, llevó a la KTM de nuevo a la victoria, esta vez por delante de Miller y Bagnaia, con Zarco cuarto y Márquez quinto. Más atrás cruzó la meta Aleix, que lo hizo undécimo, y mucho más restrasado acabó Quartararo, que naufragó en agua con la decimoséptima plaza.

Oliveira, al que ya sólo le quedan tres carreras por delante antes de irse a Aprilia, con el equipo satélite Gresini, se le abrió el cielo cuando otros lo vieron negro al ver el asfalto empapado. El portugués salía undécimo desde la parrilla y se las apañaba en la primera vuelta para escalar hasta la séptima plaza. Por delante había salido el poleman, Bezzecchi, pero se salió en la primera curva junto a Martín, que partía segundo, y tuvo que ceder plaza unas vueltas después por regresar a la pista de nuevo en cabeza. Cuando el italiano cedió posición, en la cuarta vuelta, comenzó un descenso hasta su decimosexto final, justo un puesto por delante del gran derrotado del día.

Quartararo salía desde la cuarta plaza, emparedado entre seis Ducati, tres por delante y tres por detrás, y entregó la cuchara desde la primera vuelta, que completó catorce posiciones más retrasado de lo que había salido. Por suerte para él, ni Bagnaia ni Aleix tuvieron su mejor día, aunque en el caso del italiano se fue con el tercer peldaño del podio que, con órdenes de equipo en Ducati, hubiera sido un segundo que le habría colocado líder. Miller, aún con remotísimas opciones de título, porque es quinto a 40 puntos de la cabeza, tuvo vía libre para intentar atacar a Oliveira (cruzó la meta a 0.730) sin ceder el puesto a su compañero de box, que con ese tercero se queda a dos puntos del liderato.

El que sí respetó a Pecco como compañero de fábrica fue Zarco, porque cuando el francés, que estaba rodando más rápido que nadie, llegó a su estela no intentó superarle ni en una ocasión. Su última pasada fue a Márquez, al que relegó a la quinta plaza y contuvo para que no presionara al italiano. Marc, que salía octavo, ganó tres posiciones en la carrera y antes de que Zarco llegara hasta él, y le superase, lanzó un ataque sobre Bagnaia. Ocurrió a seis vueltas del final, en la curva de entrada a meta, pero lo hizo algo apurado y el de Ducati rebasó de nuevo a la Honda sin problemas a la salida de la curva.

En cuanto a Aleix, su carrera tuvo de todo. De entrada, intentó el plante de los pilotos en la salida, ya que se dirigió a algunos de sus compañeros, primero, y a Capirossi, después, para decir que así no se podía correr al no haber visibilidad suficiente en las curvas 3 y cuatro. No le hicieron caso y la carrera arrancó 55 minutos después de lo previsto. El de Aprilia lo hacía decimotercero y se ponía décimo. Se le veía en disposición de escalar posiciones, pero en la segunda vuelta tuvo un toque con Binder por el que le penalizaron con una vuelta larga en la que perdió cuatro segundos y bajó cuatro plazas, de la décima a la decimocuarta. Eso fue en la décima vuelta y a partir de ahí remontada hasta la undécima posición final. Volvió a rodar décimo, pero Binder, de nuevo él, le superó al final. Y su compañero Maverick, que rodaba por delante, no ralentizó la marcha para que le diera caza, tampoco nadie se lo pidió, y acabó séptimo, superando finalmente a un Álex Márquez que hizo un carrerón, proque partía vigésimo en la parrilla.

Tras la cita tailandesa, quedan tres pruebas para el final y la general se vuelve a comprimir, con Quartararo delante, pero ya con sólo dos puntos de ventaja sobre Bagnaia, al que llegó a distanciar en 81 puntos hace ocho carreras y 20 sobre Aleix. Bastianini, que aquí ha sido sexto, se queda a 39. Vaya final de Mundial tan apretado que nos aguarda. A disfrutarlo, pero antes una semana de descanso previa al GP de Australia. Hace falta.