Un podio que permite soñar

Hubo que tirar de paciencia, camino de dos horas de espera después de que una tormenta retrasase la salida, pero mereció la pena para disfrutar del espectáculo en Nashville. Aunque quedarán pocos que llamen a esta carrera por su nombre y no por el que se ha ganado en sus dos ediciones: Crashville. Otra vez fue una cita con numerosos accidentes a los que pudo sobrevivir Palou. Tuvo la victoria cerca, pero al final quedó tercero y sigue en la pelea. Llegaba a 52 puntos de Power y se va a 33 en una carrera por el título de la IndyCar que se aprieta con tres citas por delante.

Cuando pudo darse la salida, el único rastro del tremendo aguacero previo eran unas pocas gotas en los aeroscreen. Se salió directamente con slicks y con Palou ganando el puesto a Lundgaard para rodar tercero por detrás del McLaughlin y Grosjean. Poco después, primeros incidentes. Herta golpeó su morro después de que Kellett le empujase contra las protecciones y un error de Rossi provocó la aparición del pace car. Todo a espaldas del español, también las posiciones que tuvo que devolver Ericsson, uno de sus rivales por el título, al saltarse la salida.

Después, decir que las cosas seguirían bien para Palou sería quedarse corto… Fue el primero en parar de los de arriba porque sus gomas traseras se desvanecían y, lo que era una mala noticia, giró radicalmente por un trompo de Castroneves que provocó la segunda bandera amarilla. Era la vuelta 24 y al catalán se le quitaron del tirón todos los coches que tenía por delante camino a boxes. De 17º a líder de carrera. Un golpe de suerte enorme que mejoraría con el abandono de O’Ward, otro de sus enemigos, al quedarse sin cambio por un toque de Rahal.

Esa amarilla, que provocó un embudo con Dixon (otro de los fuertes) involucrado, se encadenó con otra entre Sato y DeFrancesco. Fueron prácticamente 20 vueltas neutralizadas y a Palou le quedaba media carrera para defender todo lo que había ganado, y era mucho. Le dio un susto Pagenaud con un ligero toque, pero el gordo vendría después… Pasó lo único que complicaría su victoria, una amarilla (por culpa de Rahal) antes de su segunda parada. Sufrió lo que antes le sonrío y le tocaría arremangarse desde el sexto para luchar por lo perdido.

Álex se quitó rápido a Harvey y Power para rodar cuarto con Newgarden, Dixon (con seis pasos por el pit) y Lundgaard por delante, pero llevaba el alerón delantero descolgado porque tocó al líder del campeonato al pasarle. Más difícil todavía. 15 vueltas para el final, dos amarillas más: en la primera paró Newgarden, en la segunda le pasó McLaughlin. Palou seguía cuarto. Cuatro vueltas... y bandera roja. Newgarden dejó KO a Grosjean, Ericsson abandonaba. Relanzada a dos vueltas, y ¡Palou pasó a Lindgaard! El español subía al podio con Dixon y McLaughlin tras sobrevivir a la locura de Crashville. ¿O era Nashville?

Resultados de la carrera de Nashville

Así va la IndyCar