“No podía haber hecho nada”

“No podía haber hecho nada”. El sueño de las 500 Millas de Indianápolis se escapó de golpe y porrazo para Álex Palou. Literalmente. Bajo la primera bandera amarilla de la prueba, provocada por un impacto de Sting Ray-Robb en la vuelta 92, todos aprovecharon para hacer la tercera parada y entrar en masa en boxes. El español tenía la carrera bajo control y, aún con el mejor cajón para las paradas (beneficio de conseguir la pole), no estuvo exento de sorpresas. La mala suerte le volvió a acompañar un año más. En una salida muy agresiva, VeeKay perdió el control de su monoplaza, impactando contra Palou, quien seguía en la calle de boxes. Un error ridículo para un piloto con tanta experiencia y que dejó al de Ganassi contra el muro, con todas sus opciones tiradas por la borda.

Afortunadamente, sus mecánicos estuvieron rápidos para devolver el coche a pista y reparar el alerón delantero del monoplaza una vuelta más tarde en una nueva parada. Los daños no fueron de gran envergadura, pero Palou volvió a pista en una 25ª posición que sería muy difícil de remontar. Pudo hacerlo hasta la cuarta plaza gracias a las banderas amarillas y rojas, aunque sabe a poco después de liderar hasta 36 vueltas desde inicio de la prueba. Y, sobre todo, teniendo entre sus manos uno de los mejores coches de la parrilla de salida. “Empezamos muy bien, estábamos gestionando el combustible como queríamos, nuestro coche era bastante bueno”, dijo Palou a NBC Sports tras la carrera, de la que sale todavía más líder de la IndyCar. “Tuvimos uno de los mejores coches hoy. No acabaríamos cuartos si no es porque tenemos este coche”, añade.

“Desde ese momento (el choque) tuvimos que cambiar la mentalidad y empezar de cero. Tuve algo de suerte con las amarillas para poder remontar. Fue duro para todos”, comentó el de Chip Ganassi, contento por poder acabar en un meritorio cuarto puesto que, la verdad, sabía muy poco viendo a lo que podía esperar. “Remonté del 30º al 4º, lo que habla del ritmo que tenía”, insiste Álex, quien tuvo que “tirar hasta el final” con lo que tenían: “Necesitábamos 50 vueltas más para lograrlo, pero podría haber sido mucho peor después de ese contacto”. Sobre el choque, el español no pudo hacer nada y asume que es parte de las carreras: “Está bien cuando es culpa mía o del equipo, porque todo el mundo comete errores. Pero cuando no hay nada que pudieras haber hecho de forma diferente, te sientes mal y te sientes mal por el equipo”.

“Tal vez en 2024 salgamos en mitad y ganemos la carrera...”

Palou también tira de ironía para mostrar su enfado con VeeKay por la acción que acabó con sus opciones de victoria: “La ventaja de estar en la pole es que puedes conducir recto y evitar los toques, y él fue capaz de chocarnos de lado en el pitlane, lo que es bastante difícil de hacer, pero lo consiguió. Esperemos que el año que viene no estemos a su lado”. E insiste en que “no podíamos haber hecho nada” y que, pese a todo, tuvieron “un poco de suerte con tantas relanzadas al final” para poder acabar la carrera entre los cuatros primeros. “Estoy contento”, explica el español porque “no fue cumpla de mi equipo ni mía”.

“Llevamos dos años seguidos liderando la carrera y hemos tenido que bajar al último puesto. Tal vez el año que viene salgamos en mitad de la parrilla y ganemos la carrera. Sé que no lo hizo a propósito. Es mejor dejarlo pasar”, zanja Palou sobre el accidente y se queda con lo positivo: es líder de la categoría y, aunque sus opciones de victoria eran muy altas, admite que ha aprendido mucho “corriendo delante al principio, en medio del pelotón y luego detrás”. Lecciones que ya se apunta para empezar a trabajar pensando en la edición de 2024 en la que, espera, tener “un poco más de suerte”. La victoria se sigue resistiendo, pero Palou la roza con la yema de sus dedos.