Había poco que celebrar
Lo cierto es que a menudo se nos olvida que son las carreras y se pierde una perspectiva que solo se recupera de golpe.
Hoy podría haber sido un día de esos llenos de euforia como cuando gana tu equipo favorito. Apuntaba maneras a pesar de otro batacazo desde bien temprano que llegaba a modo de abandono con Santolino, cuando ni siquiera nos había dado tiempo de aterrizar en el nuevo campamento y asimilar que debíamos levantarnos a las cuatro de la mañana para llegar a tiempo. Sin embargo, ese revés se complementaba con el liderato de Carlos Sainz en la carrera. Porque tener esa oportunidad siempre es un privilegio en el Dakar, comparable con el de ver soplar las velas a la gente que quieres en una vida cualquiera.
Cumplir años siempre es buena noticia, aunque veas una cana más en el día de tu cumpleaños, hermana. Y poder celebrar los 28 y todos los que vengan todavía más, porque hoy hay quien tenía poco que celebrar. Por no decir nada. Parece incluso injusto que sea un día especial cuando alguien pasa por un mal momento. Pero lo cierto es que a menudo se nos olvida qué son las carreras y se pierde una perspectiva que solo se recupera de golpe. Como hoy, durante un día cualquiera en el vivac, que los aplausos se han acabado convirtiendo en silencio.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.