Una España de caras nuevas inicia el camino a la Eurocopa

“Ya vimos en el Mundial lo que pasa con el pedigrí… España y Portugal se fueron para casa en octavos de final”. No conviene tomar esta advertencia a la ligera, puesto que proviene de quien dirige el timón de la Selección española de fútbol sala: Jesús Velasco. Junto a sus 14 convocados, el toledano afronta su estreno en partido oficial en el banquillo de La Roja con la máxima exigencia, y eso pasa por sacar los tres puntos ante la modesta Suiza (20:00, TDP) en el inicio de la fase de clasificación a la Eurocopa 2026 de Letonia y Lituania.

Para esta empresa, Velasco reincorporó a la dinámica de las convocatorias a jugadores como Rivillos, Esteban, Pablo Ramírez y dos de las caras más nuevas de este grupo: Pani y Juanqui. Su presencia en un compromiso de esta índole no es ninguna sorpresa, puesto que ambos están firmando una temporada espléndida en el Peñíscola, que hasta la fecha es el equipo revelación de la Primera RFEF, en la que marcha tercero a solo tres puntos de los líderes (Movistar Inter y Barça) y con un partido menos. Casi nada.

“Vestir la camiseta de nuestro país es una ilusión, estamos con ganas de afrontar los dos partidos que tenemos ahora y, cómo no, ganarlos”, decía Juanqui a AS en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas antes de partir rumbo a Berna, pasión compartida por su compañero Pani: “Siempre es un orgullo de representar a España, verte en la lista, además para unas clasificaciones de un Europeo o de un Mundial. Cada vez que ves tu nombre en una lista vas con la ilusión de un niño”.

Con esa buena sincronía que ambos demuestran dentro y fuera del campo, tanto Pani como Juanqui coincidían en que estos próximos partidos serán piedra de toque para devolverle a la Selección la gloria que históricamente le corresponde: “Esperamos partidos a nivel de Europa, muy duros, con mucho contacto físico, así que habrá que pelear. No te van a regalar nada, todas las selecciones van a ir a muerte y nosotros tenemos que ir a ganar para devolver a España donde estaba. Le vamos a devolver la ilusión a todos los españoles que están con el fútbol sala para que volvamos a ser la Selección española que éramos antes, la mejor del mundo”.

Ambos son los representantes de un Peñíscola de ADN español, ya que solo cuatro de sus 17 jugadores son foráneos. Una prueba irrefutable de que el talento nacional para este deporte continúa intacto. “En el equipo somos una familia, y es lo que nos ha llevado a estar haciendo una primera vuelta excelente. Muchas veces quedamos los mismos jugadores para comer o cenar, incluso para salir de fiesta después de un partido y una victoria. Somos tan cercanos entre nosotros que al final eso se transmite en la pista". Seguro que de su alegría también empieza a contagiarse la Selección.

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